20041102

ANÁLISIS DE VISIÓN UNIVERSITARIA SABADO 02-10-2004

Un breve análisis de un gran valor, La Paz. Esta virtud alimenta nuestro ánimo, de tranquilidad y sosiego, y se opone a la turbación y las pasiones.

La paz nos irradia sana convivencia entre todos los mortales. La paz es fruto de un justo y equilibrado ordenamiento social, en donde no se cultive los odiosos privilegios, y donde todos tengamos oportunidades iguales para el desarrollo humano, que se respete el derecho ajeno. Y, parodiando a Benito Juárez “ El respeto al derecho ajeno es la paz”,

Lograr la paz, no solamente es disipar vientos huracanados en nuestro ambiente social, no es simple y llanamente apartar conflictos , pues es propio de humanos ejercitar el conflicto, del cual en forma racional los hombres los afrontan, los ejercen, pero igualmente los superan con métodos no violentos.

El gran Mahatma Gandhi, promovió la Resistencia no violenta, al luchar con su forma pacífica por ideales de emancipación de su India originaria, frente a la dominación británica.

Esta resistencia no-violenta, o no-violencia activa, se caracterizó al oponerse a tantas injusticias con la fuerza del espíritu, superando a la de los fusiles.

Con esta táctica pacífica, Gandhi promovió manifestaciones, desobediencias, con una gran serenidad, con temple, tolerancia, y un gran valor, sin derramar una gota de sangre, derrotando finalmente a las fuerzas británicas, que oprimían, y mancillaban la espiritualidad de los pobladores de la India.

Hay que reconocer la dignidad de la persona humana, igualmente respetar los derechos de los demás, para exigir los propios.

Debemos fomentar el conocimiento, la confianza, la solidaridad, la responsabilidad, la humildad, la justicia, en nuestras relaciones con nuestros semejantes.

En nuestras interacciones, relaciones, debemos ser flexibles, ecuánimes, y reaccionar con mucha calma y firmeza frente a cualquier agresión.

La paz la construimos, la fomentamos, con el debido respeto a toda manifestación de ideas y pensamientos de los demás,e igualmente con la aceptación de sociedades y culturas distintas a la nuestra.

Invoquemos a su Santidad Juan Pablo II, AL DECIR CON ÉL:

“NUNCA MÁS LA GUERRA!

¡ NO , NUNCA MÁS LA GUERRA!,

QUE DESTRUYE LA VIDA DE LOS INOCENTES,

QUE ENSEÑA A MATAR Y TRASTORNA IGUALMENTE

LA VIDA DE LOS QUE MATAN,

QUE DEJA TRAS DE SÍ UNA SECUELA

DE RENCORES Y ODIOS

Y HACE MÁS DIFÍCIL LA JUSTA SOLUCIÓN

DE LOS MISMOS PROBLEMAS

QUE LA HAN PROVOCADO...!”