20051126

ANÁLISIS SOBRE CULTURA INDÍGENA

ANÁLISIS VISIÓN UNIVERSITARIA. 26/11/05.

LIC. IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR

CULTURA INDIGENA.

SI NOS ADENTRAMOS EN LOS ESTUDIOS FOLKLORICOS, Y NOS DETENEMOS EN LOS ENFOQUES DE MUCHOS ESPECIALISTAS EN LA MATERIA, CONSIDERAN QUE EN LAS MANIFESTACIONES TRADICIONALES, HAN ESTADO EXCLUIDAS LAS PROVENIENTES DE NUESTROS ABORÍGENES, NUESTROS INDÍGENAS. VALE DECIR, SE DEFINE EL FOLKLORE SOLAMENTE COMO FENÓMENO DE TRASCULTURACIÓN, DADO O POR DARSE, Y SE MARGINA COMO CONSECUENCIA LAS RICAS MANIFESTACIONES INDÍGERNAS DE CUALQUIER ESTUDIO DE LA CULTURA POPULAR VENEZOLANA.

SE CONFUNDE PARAGMÁTICAMENTE QUE POR EL HECHO DE QUE NUESTROS ABORÍGENES HAYAN PERMANECIDO AL MARGEN DEL PROCESO ECONÓMICO CULTURAL DEL PAÍS, SE DESDEÑA LA IMPORTANCIA DE LAS TRADICIONES CULTURALES, TAN VITALES ÉLLAS, Y CON EL MÉRITO QUE SOBREVIVAN A TODOS LOS PROCESOS DE COLONIZACIÓN SUFRIDAS POR SUS PROPIAS COMUNIDADES DURANTE CINCO SIGLOS.

OBSERVAMOS A TRAVÉS DE LA HISTORIA, COMO SE HA MARGINADO HASTA EN LA CATEGORÍA SOCIOLÓGICA QUE INTERPRETA EL CONCEPTO DE PUEBLO A ESAS MINORÍAS NACIONALES. EN OTROS PAÍSES SE PRESENTAN CONVIVENCIAS NOTORIAS, TALES COMO LOS CASOS DE CHECOSLOVAQUIA, DONDE CHECOS Y ESCOCANOS, CON MARCADAS DIFERENCIAS DE ORDEN CULTURAL, CONFORMAN EL MODO DE SER DE ESE PUEBLO. IGUALMENTE SUCEDE CON YUGOSLAVIA E IRÁN, DONDE CONVIVEN DEVERSAS NACIONALIDADES, CON DIFERENCIAS EN LENGUA, Y CREENCIAS RELIGIOSAS.

LAMENTABLEMENTE EN NUESTRA VENEZUELA, O EN CUALQUIER PAÍS TERCERMUNDÍSTA ESTOS CONCEPTOS CAMBIAN, CON INFLUENCIA DE MODELOS EUROPEOS O NEOCOLONIALES QUE PERSISTEN EN UN DESCONOCIMIENTO DE IMPORTANTES VALORES TRADICIONALES DE NUESTRO HECHO AUTOCTONO DE PUEBLO, MAS AUN SI SE TRATA DE NUSETROS ABORÍGENES.

LA CULTURA POPULAR ES DEL PUEBLO.PERTENECE A ÉL, Y SON TAN PUEBLO LOS ZULIANOS, ORIENTALES, LLANEROS, ANDINOS, O, CENTRALES, COMO LOS GUARAOS, O MIKIRITARES POR MENCIONAR SOLO DOS COMUNIDADES INDÍGENAS, DE LA VENEZUELA DE BOLÍVAR.

ES OBLIGANTE Y , MÁS AÚN CON LA INCORPORACIÓN EN LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUIELA, EL RECONOCIMIENTO COMO PUEBLO A LAS COMUNIDADES INDÍGENAS, CON SUS DERECHOS CLARAMENTE NTIPIFICADOS EN ÉLLA.

MÁS AÚN DEBERÍAMOS INCORPORAR DENTRO DE LA CLASIFICACIÓN DEL FOLKLORE O DE NUESTRA CULTURA POPULAR AQUELLAS TRADICIONES QUE POR ANCESTRO PERTENECEN AL PATRIMONIO CULTURAL ABORÍGEN, QUE SON DEFINITIVAMENTE EXPRESIONES DE NUSETRA RICA CULTURA POPULAR.

20051112

ANÁLISIS PARA “VISIÓN UNIVERSITARIA”. PROGRAMA 115. SÁBADO 12/11/05.

LIC. IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR…CANAL 21 TV

Una referencia sobre el “modo” clase.

En el ámbito universitario, generalmente se mantienen algunas prácticas de la pedagogía tradicional, de allí que el término “modo”, en pedagogía, designa la manera como está planificada la enseñanza aprendizaje.

La “clase”, no solamente es una realidad, sino que se ha convertido en una representación dominante, que refiere una identificación pedagógica en los alumnos como en los docentes, que nunca se imaginan la enseñanza sin “dictar” clase. Esta figura impone el tradicional método expositivo, o a sus variantes interrogativas. El docente de esta forma hace la clase y el curso. Esa manera, o “modo” clase en un sentido clásico, se identifica plenamente con la enseñanza tradicional sujeta a la figura de una unidad de lugar, de tiempo y de saber programados por los profesores y los alumnos. Éste “modo” clásico constituye una invención reciente. Este no fue generalizado sino hasta finales del siglo XIX.

El modo pedagógico original y dominante culturalmente, es el modo individual, escenificado por maestro-alumno. La llamada “lección”, históricamente primera etapa del preceptorado hacia lo colectivo, es recibida en la oficina del maestro, en su cubículo, por cada alumno, cada uno con su turno. Los otros asisten a la “lección” donde estudian. Luego aparece el modo simultáneo, ilustrado por Comenio, y presentado por Jean Baptiste de la Salle en 1720, , con la modalidad de repartición del grupo por niveles, y por cursos, igualmente promovidos .

Otro modo, el modo mutual, inicialmente concebido en Inglaterra (sistema de monitorías de Lancaster), introducido en Francia hacia el año de 1814, se le denomina así porque se fundamenta sobre el principio de una instrucción compartida, los “monitores-alumnos” conducen la instrucción de los otros alumnos del curso inferior, bajo la forma de tutoría escalonada. Los cursos de nivel (tipos materias-cursos) se constituyen: los alumnos pueden según las materias pertenecer a los grupos de nivel diferente. No hay clase sino una sola escuela, las “divisiones” y una asistencia mutual. La clase única no es un arreglo de este modelo porque la enseñanza está aquí organizada bajo la forma de cursos separados. Sistema pedagógico total, clase-escuela marcada por los rituales de los desplazamientos, de las marcas de distintivas, para su funcionamiento el modo está acompañado de la disciplina más estricta.

La comunicación, las interacciones en el seno de la clase destacan otra dimensión. La pasividad de los alumnos inducida o no por el funcionamiento de una clase no es más que aparente. La organización clásica es una forma de comunicación: ni preceptoradao, ni trabajo personal, ni estudio solo, sino trabajo en clase. La clase es mensaje, es portadora de su propia herramienta, es médium del saber, es estímulo creativo, es motivación a la imaginación, es instrumentar una cierta lógica de comunicación, de empatía cradora, es completitud en la enseñanza. Debe haber compenetración entre los estilos de vida de los alumnos y de los docentes. Un intercambio entre un ir y venir, que la clase funcione como un sistema armónico comunicacional. Una acción mutual, intercambios recíprocos, prácticas, dinámicas grupales, modelar entre influencias, prácticas y modos de pensamiento.

20051008

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA……SÁBADO08/10/2005.

LIC IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR

El hombre, como animal racional, posee capacidades que le diferencian del resto de los seres vivos. Una de esas capacidades es la de emitir "juicios de valor", fulanito es muy empático, menganita tiene don de gentes... Esto es: valorar las cosas que le rodean.

¿Qué son los valores?

Distintas posiciones filosóficas y antropológicas han sostenido diferentes posturas acerca de su definición y realidad. Aquí solo vamos a mostrar las dos posiciones que nos parecen más interesantes o que han creado controversia.

Uno de los puntos de vista defiende la existencia de los valores por si mismos, independientemente de todo e independientemente de que el hombre los perciba o no. Por otro lado, está la teoría que sostiene, que los valores son producto de la capacidad intelectual del hombre.

En nuestra opinión, ambas posiciones poseen un criterio válido, ya que las cosas no existen con independencia de sus valores, y los valores no existen sin un sustrato que los mantenga. La persona valora las cosas, y el objeto o cosa ofrece un fundamento para ser valorado. La capacidad intelectual del Homo Sapiens ha de servirle para descubrir por qué una cosa es buena. Pero este descubrimiento solo es posible a quien contempla el mundo de forma positiva, a quien previamente ha comprendido que todo lo que nos rodea tiene una finalidad, un sentido, una razón de ser y que es buena.

Luego de todo esto, podemos concluir que valor es todo aquello que hace a las cosas buenas.

Interiorización de los valores

El ser humano, para comportarse como tal, ha de tender al bien que la razón le propone como objetivo de su natural tendencia a la felicidad. Toca a la persona hacer una valoración de las cosas y establecer una jerarquía de importancia. Así comprenderá que hay valores que deben ser sacrificados en aras de valores más altos: la salud es más importante que el dinero.

La diferente jerarquización de los valores es lo que otorga la talla moral a cada individuo.

Es evidente que la educación de una persona dependerá de esta "escala moral" que haya interiorizado y que se encuentra en congruencia con el propio proyecto de vida.

Función de los valores

El sujeto valora las cosas que le rodean en función de sus circunstancias. Un plato de comida adquiere mayor valor para una persona que se muere de hambre que para una que se ha saciado a conciencia y vomita con solo mentarle la comida. Nuestros valores siempre están influidos por nuestras motivaciones y necesidades.

Hablar de valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades humanas. La valoración que hacemos de las cosas no la efectuamos con la sola razón, sino con el sentimiento, las actitudes, las obras... Con todo nuestro ser.

Educar en valores

Educar al hombre en los valores humanos es educarlo para que se oriente en el valor real de las cosas. La declaración universal sobre los derechos humanos de la ONU recoge el común sentir de los hombres que reconocen los valores que dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano.

Hablar de valores humanos significa aceptar al hombre como el supremo valor entre todas las realidades humanas, y que no debe supeditarse a ningún otro valor terreno, dinero, estado, ideología...

20050903

EL CONSTRUCTIVISMO PEDAGÓGICO

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA.---SÁBADO 03/09/05.LIC. IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR.

El constructivismo pedagógico, se plantea como una posición filosófica, en donde se resalta fundamentalmente que el conocimiento humano no se recibe pasivamente ni del mundo ni de nadie, sino que es procesado y construido activamente por el sujeto que conoce. Igualmente determina que, la función cognoscitiva está plenamente al servicio de la vida del hombre, es una función adaptativa, y en consecuencia lo que permite el conocimiento al conocedor es organizar su mundo, su mundo experiencial, vivencial.

El verdadero, el auténtico aprendizaje humano es una construcción de cada alumno que logra modificar su estructura mental, y alcanzar un mayor nivel de diversidad, de integración, de complejidad. Vale decir, el verdadero aprendizaje es aquel que contribuye al desarrollo de la persona. No se puede confundir el desarrollo, con una simple acumulación de conocimientos, de informaciones dispersas, de datos aislados. Es mucho más que eso, va mucho más allá de esa simple acumulación de conocimientos, el desarrollo de la persona que se forma, es un proceso global, integral, en función del cual se puede valorar cada aprendizaje particular, como lo han planteado los pedagogos clásicos, desde Commenio, en un amplia concepto de formación humana, propuestos por KANT, compartidos por ROUSSEAU, enriquecido por HEGEL. En donde se reconoce que el hombre se desarrolla, se forma y fundamentalmente se humaniza, no por un moldeamiento exterior sino como enriquecimiento que se produce desde el interior mismo del sujeto, como un despliegue libre, expresivo, de la intima espiritualidad que se va construyendo desde el interior en el cultivo de la razón y de la sensibilidad, en amplio contacto con la cultura universal.

La clásica y permanente discusión de orden pedagógica entre educar e instruir nos aclara, nos aporta las luces necesarias para dilucidar, que lo importante no era informar a la persona, ni instruirlo, sino desarrollarlo, humanizarlo.

En un sentido constructivista se expresaba María Montessori, en los inicios del siglo pasado, cuando manifestaba que “un niño no es un adulto pequeño” al que le faltara información o aprendizajes, sino una persona en desarrollo cualitativamente diferente en afecto y pensamiento, y como tal debería tratarse.

Para muchos docentes, y televidentes, puede sorprenderles por la tesis de que el conocimiento y el aprendizaje se construye, cuando lo tradicional, lo corriente, fue reconocer que el conocimiento se aprende, después de que alguien lo haya descubierto, como lo expresa en su tratado,” Hacia una pedagogía del conocimiento”, el profesor O.R.Flores, destacado pedagogo Colombiano, de los últimas generaciones.

Flores, señala, “todavía se cree que el conocimiento se descubre análogamente a como Cristóbal Colón descubrió el continente americano. La verdad es que la playa, la isla, el continente contra el cual chocó Colón existen de manera diferente a como existe el mundo de los conceptos, leyes y teorías de las ciencias. Uno no choca con un concepto, ni se encuentra con un conocimiento, ni descubre una ley como descubriendo las indias, o alguna mina de oro. De la misma manera que la ley de la gravedad, todo conocimiento es una construcción mental, sea uno el primero o el último en entenderlo, haya o no haya descubrimiento, de todas maneras la ley de la gravedad existe sólo desde el siglo XVII y de manera diferente como existen las manzanas que caían sobre la cabeza de Newton.

La enseñanza constructivista considera que el aprendizaje humano es siempre una construcción interior, aun en el caso de muchas estrategias de orden magistral, innovadoras, o de un sentido expositivo modernizado, si tales conceptos no encajan en los conceptos previos de nuestros alumnos.

Debemos precisar con plena certeza, que la enseñanza es compleja, es un proceso facilitador para la persona permitiéndole apropiarse de creatividad, de ese accionar creador del saber con miras a consolidar su formación, su desarrollo humano, su promoción hacia mejores estadios. Para el educador esta acción creadora debe estimularla al tener claro los procesos de pensamiento que caracteriza al grupo de sus alumnos que tiene al frente. Vale decir, no es suficiente con dominar el contenido del mundo objetivo de la ciencia que trata enseñar. Es fundamental en la enseñaza constructivista, el estimulo, la promoción, la participación del aprendiz como factor de su propio desarrollo.

20050827

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA. PROGRAMA DEL SÁBADO 27/08/05.

CONDICIONES BÁSICAS DE UN BUEN DOCENTE.

Tomando en consideración la orientación que el C.N.U, ha implementado en el sector

Universitario, en cuanto al componente docente que debe poseer el profesor universitario, trataremos de dejar plasmadas en el presente análisis algunas condiciones muy particulares, independientemente de la vocación pedagógica, que por sí sola, no es suficiente para lograr una caracterización de un buen educador.

Un buen docente universitario, requiere de aptitudes y caracteres especialicemos de orden moral, intelectual y físico.

En lo físico, se requiere en un educador, buena salud, resistencia, vigor, equilibrio del sistema nervioso y la integridad de los órganos sensoriales, Vale decir un docente universitario requiere una capacidad de resistencia a la fatiga, que sea compatible con un normal equilibrio físico.

Es necesario en cuanto a lo intelectual, que el docente posea ciertas cualidades, como un buen sentido, agilidad y flexibilidad mental, capacidad crítica, claridad de ideas, objetividad, vivacidad de espíritu, independencia intelectual, y una fina capacidad para la exposición didáctica.

Y en el campo inmenso de las cualidades morales del buen docente, en primer lugar la honestidad docente constituye una premisa mayor. Supone en el educador universitario una decisión inquebrantable de un mejorar permanente su acción educativa, que obliga a perfeccionar su cultura general, a analizar constantemente sus soluciones prácticas y a estimular en su interioridad, en sí mismo un propósito de mejoramiento de recursos didácticos para aumentar su potencialidad docente en cuanto a convicción, persuasión, y buen manejo de la cátedra, en beneficio de los alumnos. La auto educación, está vinculada estrechamente a la honestidad docente, debe reflejar una convicción cierta de que para el educando es modelo de conducta, con una determinación de enseñar con el ejemplo de sus actos.

La docencia universitaria, debe revestirse de alegría y buen humor. El remedio contra el mal del pedantismo docente es un fino manejo del buen humor. La docencia universitaria es una tarea edificante, viviente, exquisita, y no podría desarrollarse con tristeza. Nunca podría aceptarse una identificación de la misión docente, con rostros cerrados, con rígidas posturas. En el decir de Manganiello,” quines proceden así, hacen de la autoridad pedagógica una represalia sobre la vida. Son débiles que molestan a otros más débiles”.

La burla, el desmerecimiento, la crítica mordaz, las posturas arrogantes, la seriedad pedante, entre muchas otras forman el estereotipo del docente antipedagógico, que desvirtúa la condición de un buen educador frente al educando, al alumno ávido de luces para su crecimiento y desarrollo como persona.

Como docentes universitarios recordemos al gran Manuel Kant, quien dejó para la posteridad esta máxima:” Únicamente por la educación el hombre llega a ser hombre”.

La medida de la educatividad, estaría, en consecuencia, dada por la medida de la energía que se ha consumido, como llama viva, en la auto educación. Para Spranger, el verdadero educador, posee una íntima plenitud de vida que desborda los campos cercanos. Hay en él una genuina fuerza elevadora, que mueve el alma del educando. Esa valiosa caracterización del educador, según Spranger, hace del educador verdadero en llevar dentro de sí, constantemente, esa exigencia espiritual elevadora que “impulse” la estructura anímica del educando. El verdadero educador siempre “está en camino”. Jamás llegará para él el día en que pueda considerarse plenamente satisfecho de sí mismo. Siempre habrá en él un anhelo superior de perfeccionamiento.

UN ANÁLISIS CON VISIÓN, DEL LIC. IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR, EN SU PROGRAMA “VISIÓN UNIVERSITARIA”, POR SU CANAL 21 TV. SAN CRISTÓBAL…….PARTE DEL LIBRO “ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA”

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA. PROGRAMA DEL SÁBADO 27/08/05.

CONDICIONES BÁSICAS DE UN BUEN DOCENTE.

Tomando en consideración la orientación que el C.N.U, ha implementado en el sector

Universitario, en cuanto al componente docente que debe poseer el profesor universitario, trataremos de dejar plasmadas en el presente análisis algunas condiciones muy particulares, independientemente de la vocación pedagógica, que por sí sola, no es suficiente para lograr una caracterización de un buen educador.

Un buen docente universitario, requiere de aptitudes y caracteres especialicemos de orden moral, intelectual y físico.

En lo físico, se requiere en un educador, buena salud, resistencia, vigor, equilibrio del sistema nervioso y la integridad de los órganos sensoriales, Vale decir un docente universitario requiere una capacidad de resistencia a la fatiga, que sea compatible con un normal equilibrio físico.

Es necesario en cuanto a lo intelectual, que el docente posea ciertas cualidades, como un buen sentido, agilidad y flexibilidad mental, capacidad crítica, claridad de ideas, objetividad, vivacidad de espíritu, independencia intelectual, y una fina capacidad para la exposición didáctica.

Y en el campo inmenso de las cualidades morales del buen docente, en primer lugar la honestidad docente constituye una premisa mayor. Supone en el educador universitario una decisión inquebrantable de un mejorar permanente su acción educativa, que obliga a perfeccionar su cultura general, a analizar constantemente sus soluciones prácticas y a estimular en su interioridad, en sí mismo un propósito de mejoramiento de recursos didácticos para aumentar su potencialidad docente en cuanto a convicción, persuasión, y buen manejo de la cátedra, en beneficio de los alumnos. La auto educación, está vinculada estrechamente a la honestidad docente, debe reflejar una convicción cierta de que para el educando es modelo de conducta, con una determinación de enseñar con el ejemplo de sus actos.

La docencia universitaria, debe revestirse de alegría y buen humor. El remedio contra el mal del pedantismo docente es un fino manejo del buen humor. La docencia universitaria es una tarea edificante, viviente, exquisita, y no podría desarrollarse con tristeza. Nunca podría aceptarse una identificación de la misión docente, con rostros cerrados, con rígidas posturas. En el decir de Manganiello,” quines proceden así, hacen de la autoridad pedagógica una represalia sobre la vida. Son débiles que molestan a otros más débiles”.

La burla, el desmerecimiento, la crítica mordaz, las posturas arrogantes, la seriedad pedante, entre muchas otras forman el estereotipo del docente antipedagógico, que desvirtúa la condición de un buen educador frente al educando, al alumno ávido de luces para su crecimiento y desarrollo como persona.

Como docentes universitarios recordemos al gran Manuel Kant, quien dejó para la posteridad esta máxima:” Únicamente por la educación el hombre llega a ser hombre”.

La medida de la educatividad, estaría, en consecuencia, dada por la medida de la energía que se ha consumido, como llama viva, en la auto educación. Para Spranger, el verdadero educador, posee una íntima plenitud de vida que desborda los campos cercanos. Hay en él una genuina fuerza elevadora, que mueve el alma del educando. Esa valiosa caracterización del educador, según Spranger, hace del educador verdadero en llevar dentro de sí, constantemente, esa exigencia espiritual elevadora que “impulse” la estructura anímica del educando. El verdadero educador siempre “está en camino”. Jamás llegará para él el día en que pueda considerarse plenamente satisfecho de sí mismo. Siempre habrá en él un anhelo superior de perfeccionamiento.

20050702

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA-SÁBADO 02/07/05.

Hablemos de moral y trato social.

Para el profesor Adolfo Sánchez Vázquez. La conducta normativa no se reduce a la moral y el derecho. Existe también otro tipo de comportamiento normativo que no se identifica con el derecho y la moral, y dentro del cual encontramos las diversas formas de saludar, de comunicarnos con las personas, de relacionarnos con los demás, de atender a un amigo o un invitado en nuestra casa, de usar vestimenta con decoro, de dirigirse una persona a otra, entre muchas.

Igualmente figuran la caballerosidad, la puntualidad, el tacto, y las diferentes maneras como se manifiesta la cortesía.

Estos actos están regidos por las reglas de convivencia que adornan el amplísimo campo de los convencionalismos sociales que estudiamos en la sociología general.

Muchos de estos actos pasan de generación en generación, como herencia ligada al ambiente donde nos formamos. Como ejemplo citaríamos, el hablar de usted a personas mayores, el tuteo entre los jóvenes, el descubrirse en lugares cerrados, las tradicionales visitas de cortesía, etc.

Es observable a su pesar, de esa tradición arraigada, que cuando nuevas fuerzas sociales pretenden un dominio de lo caduco, o tratan de imponer nuevos modelos convencionales, por razones de disconformidad con la vieja sociedad, o por odios sociales irracionales, recurren a expresar desconocimientos de reglas o normas de comportamiento, poniendo de manifiesto su protesta o descontento a lo establecido.

Debemos entender que el trato social no dispone de medidas coercitivas que obliguen su observancia. Esta en cada uno de nosotros el ceder el asiento a un anciano, el devolver cortésmente un saludo a un desconocido, pero sin que nada ni nadie nos obligue coercitivamente.

Independientemente de lo anterior, el trato social igual que el derecho y la moral, cumple en sociedad con una función reguladora para asegurar la sana convivencia social enmarcada en un orden social necesario y prudentemente requerido.

Estas reglas del trato social se identifican con las normas morales, en cuanto a la obligatoriedad de su cumplimiento por razones de atender la opinión de los demás, pero sin adquirir carácter coercitivo.

Debemos educar en escenario de los agentes moralizadores como son la familia, la escuela, el estado, la profesión y la sociedad, sobre pautas fundamentales en el trato social, profundizando en fortalecer una conducta normativa que nos permita cierta formalidad exterior para la convivencia, y hagamos nuestra la expresión del gran benito Juárez, que el respeto al derecho ajeno es la paz.

Las normas del trato social, junto al derecho y la moral, permiten en sociedad regular las relaciones de los hombres asegurando una cohesión social.

Fortalezcamos con nuestro comportamiento la convivencia social, y hagamos de la moral esa amplísima esfera que cubre y afecta a todos los hombres y a sus diferentes formas de comportamiento, logrando en nuestra interioridad una convicción que nos impulse a actuar correctamente, y humanamente.

20050528

Juan Pablo II

LIC. IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR. DIRECTOR- MODERADOR.

Del colosal bagaje intelectual, que nos dejo para la posteridad Su Santidad Jun Pablo II, tomamos las ilustraciones sobre la “libertad del hombre”, y nos apunta que “Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y del dominio de sus actos. “ Quiso Dios dejar al hombre en manos de su propia decisión”

La libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración en la verdad y la bondad. La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia.

La libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en que éstos son voluntarios

Tomando estas luces, de Juan Pablo II, recordemos que el ser humano, requiere de la deliberación de la razón, y, de la libertad de la voluntad, para realizar los actos humanos.

Su Santidad, precisa en su discurso, que la libertad del hombre es finita y falible. La historia de la humanidad, desde sus orígenes, atestigua desgracias y opresiones nacidas del corazón del hombre a consecuencia de un mal uso de la libertad.

De allí que el ejercicio de la libertad no implica el derecho decir y hacer cualquier cosa. Y nos precisa, que “es falso concebir al hombre “sujeto de esa libertad como un individuo autosuficiente que busca la satisfacción de su interés propio en el goce de los bienes terrenales”.

Por otra parte, las condiciones de orden económico y social, político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas. Estas situaciones de ceguera y de injusticia gravan la vida moral y colocan tanto a los fuertes como a los débiles en la tentación de pecar contra la caridad. AL apartarse de la ley moral, el hombre atenta contra su propia libertad, se encadena a sí mismo, rompe la fraternidad con sus semejantes y se rebela contra la verdad.

La libertad, nos hace responsables de nuestros actos, cuando delibera nuestra razón y se plantéa sin medidas coercitivas, la libertad de la voluntad.

El progreso en los actos virtuosos, el pleno conocimiento del bien moral, nos acrecienta en el dominio equilibrado de la voluntad en todos nuestros actos.

Entendamos que es un derecho natural el ser reconocido como un ser libre y responsable.

El derecho igualmente al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana, fundamentalmente en el campo de la moral.

Recordemos finalmente que sin libertad no hay ética. Que el fín de la ética, ha sido. És, y, nunca dejará de serlo : la búsqueda del bien.

20050525

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA..SÁBADO 21/05/2005


PROCESO GLOBALIZADOR.

El proceso globalizador, nos llama a respondernos múltiples interrogantes, una de ellas podría plantear el ¿hacia dónde debería encaminarse?-

Tomando a dos siglos de la muerte de Emmanuel Kant, una frase que bien podría resumir su respuesta: “Hacia el ideal de una ciudadanía cosmopolita, hacia un mundo en que todas las personas se sepan y sientan tratadas como ciudadanas”

Kant, deja para la posteridad, una visionaria y premonitoria orientación, al señalar que “ es indispensable educar en el cosmopolitismo”.

Kant decía, que “la educación es el problema mayor y más difícil al que los hombres se enfrentan. Es el mayor porque sólo por la educación el hombre puede llegar a ser hombre. No es sino lo que la educación le hace ser. Es indudablemente un problema con características muy especiales, si tomamos en cuenta la responsabilidad de entender plenamente, de saber disernir si a las nuevas generaciones debemos educarlas de acuerdo a lo observado situacionalmente en el presente o con una visión futurista, con un propósito universalizado, mundializado, cosmopolita, que se encuentra en proceso de gestación, todavía no realizado.

Debemos tomar en cuenta las orientaciones que nos deja la gran filósofa española Adela Cortina, quien nos aporta los ejes de una propuesta educativa, para articular reformas, que entendemos nosotros, como fundamentales para el logro de un mundo más justo, más equilibrado, con una sociedad bien informada con capacidad de optimizar sus recursos materiales, pero igualmente menos permeable al engaño, a la farsa, al populismo engañoso, y nos plantea tres ejes centrales.

En primer lugar “el conocimiento”, la transmisión de habilidades y conocimientos para perseguir metas; por otra parte nos señala “la prudencia”, como virtud necesaria para llevar adelante una vida de calidad, una vida feliz, y “la sabiduría moral”con sus lados esenciales, justicia y solidaridad.

En todos los campos de la actividad humana, en la vida social, deben existir expertos que diseñen alternativas humanizadoras y viables.

Debemos educar de tal modo, para hacer técnicos habilidosos, pero igualmente prudentes y buscadores de vida de calidad.

Decía Aristóteles, que con tanta destreza sabe fabricar venenos el que los utiliza para matar como el que los utiliza para sanar; lo que hace buena la técnica, lo que hace bueno el conocimiento, es la bondad del fin que se persigue.

En la conflictividad presente, y que nos agobia, debemos enseñar a resolver conflictos, pero de una manera justa. No basta con el egoísmo inteligente es necesaria la justicia lúcida.

20050514

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA…SÁBADO 14/05/2005.

LOS VALORES EN LA POSMODERNIDAD….

Para quienes tenemos un compromiso sublime con la educación universitaria, es imperativo tener muy a la mano, la orientación en valores, que cada día debe alimentar nuestro espíritu, nuestra misión, y nuestra visión de ductores y orientadores de las generaciones de relevo, en procura de nuestro aporte hacia la búsqueda incesante de un destino alumbrado por las luces del avance virtuoso, más aun tomando en cuenta igualmente el mapa de valores predominantes en el momento histórico que se vive.

El mensaje renovado de su Santidad Benedicto XVI, que nos previene sobre un relativismo muy propio de la posmodernidad, con su pluralismo de valores, en una suerte de entremezcla de valores y antivalores, consecuencia de esa filosofía relativista, que se impone en función de un hacernos creer que todo vale en lo existencial.

Si tomamos la tesis de Enrique Gervilla, encontramos: Pluralismo y diversidad, fragmentación, pensamiento débil, desorientación, escepticismo, secularización, tolerancia, lo “Light”, que surgen ante el desencanto de la razón y la pérdida de fundamentos en la vida. Por otra parte, nos agrupa valores como: la liberación, desconfianza, humor, lo cotidiano y superficial, lo pequeño, que se derivan de la incredulidad ante los grandes relatos y la disolución del sentido de la historia.

Igualmente, Gervilla, enumera: la afectividad y sentimiento, el placer, narcisismo, novedad, aculpabilidad, que aceleradamente se generan por la fragmentación moral

Estos valores, y muchos más que no acabaría nunca de enumerarse, son relativismo puro, presentismo, vale decir lo momentáneo, lo inmediato, y del hedonismo, que impone el placer ante toda circunstancia.

Esto nos confirma, la angustia de su Santidad Benedicto XVI, al denunciar el relativismo posmoderno, que abandona las creencias de verdades absolutas, deslizándose hacia el movedizo e inestable terreno de lo efímero, de lo banal, del vivir al minuto, del pasarlo bien aquí y ahora, al margen de toda moralidad. Esto sin lugar a dudas ha fortalecido la peligrosa cultura individualizada, con trajes a la medida, a lo de cada cual.

La velocidad, lo rápido de los cambios culturales, que hacen que de generación en generación ya no hay diálogo, no hay identidad, imponiéndose una conflictividad enfermiza, que hace muchas veces a los padres abuelos de sus hijos.

Tenemos que volver la mirada, junto a los jóvenes, hacia los valores que perfeccionan al hombre, a esos valores que afectan ala persona en su totalidad, en cuanto hombre, que nos lleven al desarrollo y plena realización de ser propiamente humanos.

Entendamos que el primer valor del hombre está precisamente en su condición de ser persona. Esa fundamentación hacia los deberes y los derechos que son inherentes al hombre que ni él mismo puede renunciar.

Lo que nos permite medir lo bueno y lo malo, permitiéndonos y realizándonos como personas. Pero asumiendo una escala de valores que asimilemos, para una sana orientación en procura de un asumir actitudes globalizadas en el campo social, para hacernos libres, respetuosos, tolerantes, justos, solidarios, que nos haga apartarnos de una sociedad tecnocratica y deshumanizada, insolidaria, unidimensional. Permitámonos de tal forma una actitud positiva frente a los valores, apreciándolos para promocionar la cultura de la vida, para nutrir con pasión lo societario. Digamos con su Santidad Benedicto XVI, en sus palabras muy recientes ante el Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede: “Cada pueblo tiene que sacar de su patrimonio espiritual y cultural los mejores valores de los que es portador para salir sin miedo al encuentro del otro, aceptando compartir sus riquezas espirituales y materiales para el bien de todos”.

20050409

ANÁLISIS DE VISIÓN UNIVERSITARIA DEL SÁBADO 09/04/2005.

VALORES Y ANTIVALORES.

Una brevísima reflexión sobre valores, para dar inicio al programa de hoy.

La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y la moral, los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. Vale decir, un paisaje (un paisaje hermoso), en una persona (una persona honesta), un sistema político (un sistema político justo), en una sociedad (una sociedad tolerante o solidaria), y así sucesivamente.

Todos los valores coinciden en su fin último es mejorar la calidad de vida del hombre, de nuestra vida y nuestros semejantes.

Aunque son complejos y multiplicidad de clases, podríamos intentar parte de una clasificación, señalando: Valores sensibles, que conducen al placer, el esparcimiento. Valores morales, con su práctica nos acercamos a la justicia, la libertad, la bondad, la tolerancia, la responsabilidad, la lealtad, la paz, entre otros. Valores intelectuales, que nos permiten apreciar la verdad, el conocimiento. Valores biológicos, consecuencialmente la salud, y los cultivamos con la práctica de la higiene y la educación física y los deportes.

De los señalados, destacamos sin duda los valores morales, con su sentido y mérito a los demás. De poco vale gozar de buena salud, ser inteligente, vivir rodeado de objetos preciados, ser muy creyente, si no se es justo, tolerante u honesto, si se es mala persona, dañina para la vida societaria, y, con quien la convivencia es muy difícil. La falta de valores morales es lamentable y triste porque hace al ser humano, menos humano.

Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, le dan sentido a nuestra vida. Si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos ser constructores entre todos de una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual y colectivo. Es natural que hagamos nuestros los valores, defenderlos e inculcarlos en donde no estén, en razón a su necesidad, a su humano propósito, y es allí donde interviene la ética y la moral.

Así como existe una escala de valores morales, también la hay de valores inmorales o antivalores. La injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, la indiferencia, la irresponsabilidad, el egoísmo, son ejemplo de antivalores,

Una persona inmoral, es quien asume una actitud negativa ante la tabla de valores, Los rechaza, es lo que llamamos una persona sin escrúpulos, calculadora, fría, insensible a lo que ocurra en su entorno. Ese camino de los antivalores degrada, deshumaniza, hace merecedor del desprecio, la desconfianza, del rechazo de nuestros semejantes, cuando no del castigo de la sociedad.

El mundo de los valores es amplio, complejo y en permanente transformación. En cada época aparecen nuevos valores o los viejos cambian de nombre o se adecuan a las nuevas realidades sociales. Todos somos libres, con plena libertad de la voluntad para escoger nuestros valores y darle un orden jerárquico. Sin embargo, hay valores que no cambian, que se conservan de generación en generación, siempre y en todas partes, valores universales. Con los valores vivimos en armonía con nosotros mismos y con los demás, una vida que valga la pena ser vivida a plenitud.