20060621

ANÁLISIS EN VISIÓN UNIVERSITARIA. PROGRAMA 139. 21/06/06.

LA ENSEÑANZA……..

La enseñanza es un proceso muy complejo, que permite a los seres humanos la apropiación creadora del saber en todas sus manifestaciones, con miras a su formación. Vale decir, esta apropiación creadora del saber no logra promoverla el maestro, si está en tinieblas en relación a los procesos de libre pensamiento que debemos entender caracterizan a los jóvenes estudiantes que tiene al frente.

Para un buen docente, no solo debe tener presente un dominar los contenidos, de la ciencia que pretende enseñar. Todo educador debe distinguirse por una acción inteligente que permita procesar en su interioridad, los valores fundamentales de la enseñanza, en razón al respeto que debemos a nuestros alumnos.

Es obligante estimular la unión docente, alumnos, como seres inteligentes, desde el mismo momento de ser beneficiados de la oportunidad de aprender a hablar, de escuchar y de contradecir con argumentos el punto de vista de los demás. Hay que ser tolerantes, pacientes, amorosos, justos, en el buen sentido de la palabra, para incentivar el dialogo, que, en tan delicada relación, nos permite relievar el buen sentido de la educación de las futuras generaciones.

Entendamos que la capacidad de pensar no es exclusiva de los famosos ni de los mejores, y su desarrollo se incrementa en nuestros alumnos, en una enseñanza constructivista Deweysiana, partiendo de la estructura mental del alumno, reconociendo sus ideas y prejuicios sobre cualquier tema, en libre discusión de ideas y pensamientos, incluyendo eL reconocimiento del nivel de pensamiento lógico que todo alumno posee para propiciarle experiencias que promuevan sus habilidades en el amplio campo del pensamiento.

El joven estudiante no se humaniza aislado y por fuera de un ambiente culturizado, y de la sociedad. El educador debe incentivarle cierto protagonismo, con estímulos a su creatividad, a su ímpetu juvenil, que permita en el joven, dar rienda suelta a su búsqueda incesante del saber, y, al encuentro según RENÁN “del horizonte inmenso que es la vida”.