20060614

CRISIS DE LA MODERNIDAD.

Para el brillante filósofo Antonio Pérez Estévez, profesor emérito de la LUZ, y la UNICA, en Maracaibo, y, nuestro excelente docente en Metafísica Medieval , en la Maestría de filosofía, que cursamos junto a 11 entusiastas profesionales, en la bucólica colina de Toico, en un ambiente enhiesto por su relieve, y, por su claustro siempre proclive para la reflexión, y, la utopía, al abordar en didáctica entrevista radial, sobre “La crisis de la Modernidad” y, el enfoque del porqué Nietzsche entra en la historia como el gran crítico de la racionalidad moderna y de la tradición filosófica de Occidente, nos deja con magistral elocuencia lo siguiente: “Nietzsche no es el primero que comienza a tener conciencia de la amenaza que supone la racionalidad moderna como racionalidad subjetiva y dominante. Digo subjetiva y dominante porque es la concepción de sujeto que parte desde Descartes. La racionalidad del sujeto es una racionalidad objetivante, es decir, que produce objetos, porque el sujeto se contrapone al objeto y objeto es desde Descartes todo aquello que no es el sujeto. El sujeto es pensante, es pensamiento, es consciente y todo lo que no es el sujeto es objeto; es decir, el mundo natural que está delante de nosotros, los otros seres humanos distintos a mí, e incluso mi cuerpo, son objetos del yo como sujeto. Y ese yo como sujeto reduce al objeto a extensión. La propiedad fundamental del objeto, para Descartes, es la extensión; mientras que el sujeto es esencialmente pensamiento. Pero, ¿qué significa extensión? Extensión significa tener tres dimensiones. Y qué significa tener tres dimensiones: que puede ser dimensionado o medido; dimensión viene de mensura: que puede ser medido, reducido a número; y ese es, justamente, el objetivo central de la racionalidad subjetiva que aparece a partir de Descartes: una racionalidad dominadora, que intenta reducir todo a un número, y por lo tanto, controlar todos los objetos, todo aquello que sea distinto de mí.

Entonces esa condición dominadora hace que el hombre intente dominar a la naturaleza que está en frente y que es su principal objeto. Todas las ciencias que van a desarrollarse en la modernidad –entendemos hoy como ciencias naturales, ciencias puras o ciencias duras son el desarrollo de esa racionalidad subjetiva que enfrenta, con el fin de dominar, a la naturaleza y al hombre en general. Pero esto lleva obviamente a un enfrentamiento cada vez mayor entre el sujeto y el objeto, entre el sujeto y la naturaleza, que ha conducido a la situación de hoy, en la que el sujeto se ha convertido en una amenaza de lo natural. Uno de los grandes problemas de hoy es la posibilidad de que el hombre haga desaparecer la naturaleza, sin darse cuenta que al destruir la naturaleza se estaría destruyendo a él mismo. Eso es justamente la consecuencia de haber reducido al hombre a racionalidad pura y a despreciar esa parte natural del hombre que es el cuerpo, que nos vincula con la animalidad y con la naturaleza misma.

Ahora, Nietzsche es el hombre que tiene una crítica implacable en contra de la Modernidad, desde sus primeras obras, en concreto desde la primera gran obra: El Nacimiento de la Tragedia. Y la razón fundamental pues es esta: el darse cuenta de que el hombre, que proviene de la naturaleza, ha roto con ella y ha quedado como volando en el aire, completamente desligado de los otros hombres y de la naturaleza misma. Ha roto, dice él, con el género humano y con la naturaleza. Compara la naturaleza con una casa solariega, la casa donde uno ha nacido y con la que uno queda religado de una manera fundamental durante toda la vida. Pues bien, esto es lo que ha hecho el hombre moderno: romper con su casa solariega, que es la unidad cósmica, la naturaleza, el Uno Primario, para hacer una vida completamente independiente de esa misma casa solariega de la que él proviene”. Un enfoque sobre la crisis de la modernidad, y, la postura Nietzscheana, en Visión Universitaria, según la sabia opinión de nuestro Profesor y Filósofo Antonio Pérez Estévez.