20070910

PRÓLOGO DEL LIBRO “ANÁLISIS CON VISIÓN”, DEL LIC IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR, ESCRITO POR EL DOCTOR CARLOS MOROS PUENTES

PRÓLOGO.

Rodeado de montañas, sobre una meseta desde donde otea el sendero rojizo que hoy queda del otrora caudaloso río, se tiende expectante nuestro querido pueblo andino, Táriba, la Perla del Torbes.

Ahí en ese querido sitio y por allá en otro Siglo, en recuerdo tan presente que no atina a calificarse de pasado, culminando aquella década de los sesenta, de tanta gloria y loas a la juventud, conocí a Iván Danilo Chacón Labrador.

Frente al Templo Sagrado que guarda la Imagen Milagrosa de la Virgen de la Consolación y a un costado de la Plaza Bolívar, dentro de los muros apisonados y tejas ennegrecidas que albergaban la recién estrenada Biblioteca Pública en honor al pionero salesiano Presbítero Juan Soleri, atendiendo señera invitación de su fundador Rafael Ulises Largo, en asocio a otros contertulios vecinos, nos reunimos una noche cualquiera de esa época. Circundados por precarios anaqueles que sostenían los repetidos y únicos textos de Catecismo, Historia Sagrada y Religión con que se iniciara esta casa del saber, instalamos pomposamente una peña literaria con el nombre de ‘Italo Ayesterán’, remembranza del poeta paisano.

Y aprovechando esa fecha histórica para el pueblo, sin tanta fanfarria iniciamos una amistad que durante estos años ha sido tan fraterna y entrañable como fructífera.

Y desde este rincón venezolano, acosado de verdores montañosos, en el devenir hemos recorrido, invariablemente y como es de suponerse, rutas muchas veces diferentes, aunque por camino nunca separado y menos aún opuesto.

Enlazados por un cariño que siempre aviva el compartir angustias y esperanzas, luchas y desvelos por el engrandecimiento de la Patria Grande desde la Patria Chica, impresas ambas con la mayúscula del amor, ahora me regocijo de estar tecleando estas rápidas letras para su primer libro.

Ayer, en aquella antañona casa de ruinoso aspecto pueblerino donde lo conociera, cuando apenas asomábamos el incipiente bozo de nuestros ímpetus juveniles, ya Iván Danilo sobradamente demostraba no sólo su singular elocuencia sino conocimiento profundo en su discurrir.

Hoy, acosado por quienes hemos sido admiradores de su verbo de variadas vivencias, preocupaciones, matices y temática, por fin ha decidido recopilar parte de su fina como vasta obra, dispersa en discursos, escritos periodísticos, intervenciones radiales y televisivas, con las indiscutibles mejoras que la reflexión y la madurez le aderezan.

Y esa parte se condensa en este libro, selección pigmea de sus gigantes inquietudes sociales y personales.

Saludamos con beneplácito esta obra, signada a convertirse en otro refulgente astro de nuestro firmamento intelectual, con el vaticinio de que será portal de una serie inagotable.

Y la culpa sigue siendo de estas montañas andinas.

Pues con las sempiternas montañas ocultándonos el horizonte, desde estos paisajes tachirenses nos hemos acostumbrado a contemplar sólo a las estrellas, por lo que nuestras metas se ubican en la calidez de tan monumentales alturas.

A este delirio cotidiano no ha sido ajeno Iván Danilo Chacón Labrador.

Y este libro es sólo un pequeño y hablachento testigo de su tiempo.

Ahora ceso el garabateo de estas frases por mi pasión a la brevedad y no por carencia de motivos, que variados, múltiples y extensos hallará el lector al disfrutar el botín de estas páginas.

Con mi eterno afecto por Iván Danilo, siempre alterado por el constante crecimiento hacia la familia chagartiana que integra junto a su par Gisela y sus reflejos Mariana, Iván e Irina.

Carlos Moros Puentes