20070903

TIEMPO DE REFLEXIÓN

INDEPENDENCIA

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR


Vision_universitaria@hotmail.com


El pasado 5 de julio, fecha histórica de la firma del Acta de nuestra independencia, arribamos al centésimo nonagésimo sexto aniversario, de tan magna fecha patria.

Es propicio, oportuno, necesario, ratificar en nuestro colectivo histórico, la condición de república libre, soberana, independiente.

Es oportuno, y de especial relevancia, recordar en el hecho histórico independentista, la significación del alto espíritu nacionalista de quienes suscribieron el Acta independentista de julio de 1811, animados del sublime, y férreo propósito de romper las cadenas que nos subyugaban al dominio extranjerizante.

Esa heredad, de preclaros hijos, de lúcidos y revolucionarios, de la antigua Capitanía General de Venezuela, fue un empeño glorioso, de gesta imperecedera, para revertirnos en patria ajena a todo vasallaje, que obliga por lo “imperecedero”, a empinarnos en nuestra enhiesto Ávila, para otear el horizonte de libertad, solidaridad, responsabilidad, templanza, fortaleza, justicia, con mucha humildad, aislando cualquier asomo de soberbia, como emoción destructiva, para gritar a voz en cuello, que elegimos continuar siendo libres, muy dueños de nuestro propio destino.

Esta condición de seres libres, implica un rechazo ardoroso, de cualquier intromisión en nuestro desenvolver cotidiano, provenga de cualquier estado, o potencia del globo terráqueo.

Consecuencialmente, es propicio proclamar nuestro insoslayable e irrenunciable derecho de decidir entre todos los venezolanos, sin parcelamientos , ni exclusiones odiosas, los derroteros y el rumbo del presente y el futuro de la patria de Bolívar, quien solo se remontó allende de nuestras fronteras, para llevar la libertad donde imperaba el despotismo.

Esa garantía, de ser garantes de la vigencia plena del principio de la libre autodeterminación de los pueblos irredentos, y de la no intervención, exigimos que se nos respete. Que se nos respete, la condición de ser libres y pensantes, como seres humanos. Entendamos que nunca, la estolidez nos ha acompañado. De haber estado la estulticia junto al venezolano, el vientre siempre fértil de la patria no hubiese parido a un Juan Germán Roscio un José Isnaldi, como signatarios ambos, del Acta del 5 de julio de 1811.

El sentir colectivo, la heredad libertaria, la libertad en nuestra manera de pensar, sentir, obrar, hace imperativo, el repudio, y el rechazo a la persistente y obstinada actitud de quienes más allá de nuestros mares, están entrometiéndose en el acontecer nacional.

Es de rogatoria nacionalista, para que el Supremo hacedor, permita el entendimiento de los hijos más buenos, nobles, justos, equitativos, solidarios, luchadores, de la patria unívoca, e indivisa, en procura de hacer honor al mandato de nuestros héroes, como fuente y bebedero de una genuina Constitucionalidad de Patria Grande y Soberana.