20070910

PRÓLOGO DEL LIBRO “ANÁLISIS CON VISIÓN”, DEL LIC IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR, ESCRITO POR EL DOCTOR CARLOS MOROS PUENTES

PRÓLOGO.

Rodeado de montañas, sobre una meseta desde donde otea el sendero rojizo que hoy queda del otrora caudaloso río, se tiende expectante nuestro querido pueblo andino, Táriba, la Perla del Torbes.

Ahí en ese querido sitio y por allá en otro Siglo, en recuerdo tan presente que no atina a calificarse de pasado, culminando aquella década de los sesenta, de tanta gloria y loas a la juventud, conocí a Iván Danilo Chacón Labrador.

Frente al Templo Sagrado que guarda la Imagen Milagrosa de la Virgen de la Consolación y a un costado de la Plaza Bolívar, dentro de los muros apisonados y tejas ennegrecidas que albergaban la recién estrenada Biblioteca Pública en honor al pionero salesiano Presbítero Juan Soleri, atendiendo señera invitación de su fundador Rafael Ulises Largo, en asocio a otros contertulios vecinos, nos reunimos una noche cualquiera de esa época. Circundados por precarios anaqueles que sostenían los repetidos y únicos textos de Catecismo, Historia Sagrada y Religión con que se iniciara esta casa del saber, instalamos pomposamente una peña literaria con el nombre de ‘Italo Ayesterán’, remembranza del poeta paisano.

Y aprovechando esa fecha histórica para el pueblo, sin tanta fanfarria iniciamos una amistad que durante estos años ha sido tan fraterna y entrañable como fructífera.

Y desde este rincón venezolano, acosado de verdores montañosos, en el devenir hemos recorrido, invariablemente y como es de suponerse, rutas muchas veces diferentes, aunque por camino nunca separado y menos aún opuesto.

Enlazados por un cariño que siempre aviva el compartir angustias y esperanzas, luchas y desvelos por el engrandecimiento de la Patria Grande desde la Patria Chica, impresas ambas con la mayúscula del amor, ahora me regocijo de estar tecleando estas rápidas letras para su primer libro.

Ayer, en aquella antañona casa de ruinoso aspecto pueblerino donde lo conociera, cuando apenas asomábamos el incipiente bozo de nuestros ímpetus juveniles, ya Iván Danilo sobradamente demostraba no sólo su singular elocuencia sino conocimiento profundo en su discurrir.

Hoy, acosado por quienes hemos sido admiradores de su verbo de variadas vivencias, preocupaciones, matices y temática, por fin ha decidido recopilar parte de su fina como vasta obra, dispersa en discursos, escritos periodísticos, intervenciones radiales y televisivas, con las indiscutibles mejoras que la reflexión y la madurez le aderezan.

Y esa parte se condensa en este libro, selección pigmea de sus gigantes inquietudes sociales y personales.

Saludamos con beneplácito esta obra, signada a convertirse en otro refulgente astro de nuestro firmamento intelectual, con el vaticinio de que será portal de una serie inagotable.

Y la culpa sigue siendo de estas montañas andinas.

Pues con las sempiternas montañas ocultándonos el horizonte, desde estos paisajes tachirenses nos hemos acostumbrado a contemplar sólo a las estrellas, por lo que nuestras metas se ubican en la calidez de tan monumentales alturas.

A este delirio cotidiano no ha sido ajeno Iván Danilo Chacón Labrador.

Y este libro es sólo un pequeño y hablachento testigo de su tiempo.

Ahora ceso el garabateo de estas frases por mi pasión a la brevedad y no por carencia de motivos, que variados, múltiples y extensos hallará el lector al disfrutar el botín de estas páginas.

Con mi eterno afecto por Iván Danilo, siempre alterado por el constante crecimiento hacia la familia chagartiana que integra junto a su par Gisela y sus reflejos Mariana, Iván e Irina.

Carlos Moros Puentes

20070904

TIEMPO DE REFLEXIÓN

ESCRIBIR PARA LA JUVENTUD

Iván Danilo Chacón Labrador

Para la docencia post-moderna, se impone una humanización en lo existencial, primariamente para corresponder al clamor de nuestra juventud, cansada ya de arquetipos vacíos, de utopías incumplidas, por sueños irrealizados ante promesas marchitas de un liderazgo cansado, agobiado, en molicie enfermiza.

La escritura es un medio fundamental en el arte de comunicar a otros nuestros propios sueños, las ideas, las vivencias, las angustias, los miedos, los deseos e ilusiones, las esperanzas para construir un mejor mañana.

Para el gran pensador, Julio Ramón Ribeyro, “escribir, más que transmitir un conocimiento, es acceder a ese conocimiento. El acto de escribir nos permite aprehender una realidad que hasta el momento se nos presentaba en forma incompleta, velada, fugitiva, caótica. Muchas cosas las comprendemos sólo cuando las escribimos”.

Si la escritura es un medio de comunicación y de creación, lo es también para aprender a pensar, pues es un medio privilegiado de expresión y reflexión del pensamiento. Cuando escribimos, meditamos sobre las ideas que queremos expresar, examinamos y juzgamos nuestros pensamientos. Esto es tan cierto que uno no termina de comprender bien una idea hasta que la escribe. “Si quieres saber lo que piensas, escríbelo”. Detrás de muchas resistencias a escribir, se ocultan las resistencias a pensar, y es triste constatar cómo la escuela ha descuidado la ejercitación continua de la escritura personal y creativa.

Escribir es comunicar, derramarse en los demás para desatar procesos de creación, de ilusión, de esperanza. Como ha dicho el escritor uruguayo Eduardo Galeano, “uno escribe, pero el texto se realiza en el lector. Las palabras viajan dentro de él, le pertenecen. La escritura es una forma de buscar al otro, de darse, de entregar el alma. Supone la aventura de la incertidumbre. Es como arrojar botellas al agua con mensajes de amor, de esperanza, con la ilusión de que alguien las recogerá y responderá.”

Hoy quiero recomendarte un libro cuyo título es “Queridísimos jóvenes”, de su Santidad Juan Pablo II, quien en forma ecuménica, dejo para la posteridad mensajes imperecederos, que para el cultivo de nuestra juventud, para quienes están en la etapa más bella de la existencia humana, pero también la más tormentosa en muchos casos. El descubrimiento de la vida, sus aspiraciones, sus sueños, sus utopías, las realidades existenciales, sus oportunidades y problemas lo que genera el caos en tu interior, pero a pesar de todo hay algo que debes mantener siempre en tu deliberación de la razón, en tu pensamiento, en tú mente! Atrévete a ser grande!

Necesitas atrevimiento para enfrentar los retos que el mundo actual presenta para ti, sin temores, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con tu vocación, con especial consagración en tus realizaciones, en tus actos humanos, sea la que sea; grandeza en tu corazón para hacer el bien a todos sin distinciones, con entrega y espíritu de servicio. Por eso es siempre oportuno citar el mensaje de Juan Pablo II, que deseo entregar con fe de carbonero a la juventud venezolana, en momentos de ser actores impostergables de un mejor país, de un mejor futuro.

- Atrévete a ser operador de la paz. Te ha tocado vivir en un mundo agitado y controvertido donde puedes observar como los adultos entre ellos no se ponen de acuerdo. Mas no te fijes en sus problemas, tu eres quien puede convertir a tu generación en esa categoría de seres humanos que luchan por vivir en armonía, solucionando los problemas en vez de hacerlos más grandes, sin deseos de dominio y con el único afán de lograr un verdadero diálogo y entendimiento para forjar un presente y un futuro mejor.

- Educa tu conciencia con la convicción de que Dios es el fundamento de todos los valores, conócelos y practícalos para darle dirección a tú vida, sólo así podrás determinar el tipo de ser humano que llegarás a ser: honesto, responsable, generoso, emprendedor, sin intereses particulares. Cuando llegue tu momento, serás la clase de político, empresario, economista, educador y profesional que tu país necesita. Si no comienzas tú con una nueva cultura, ¿quién lo hará?

- Atrévete a profundizar en la injusticia y el sufrimiento cuanto antes. Para quienes están apegados a los bienes materiales y el placer, esto carece de sentido y huyen como si fuera un mal contagioso. Pero tú no pierdas tiempo en tratar de entender porque existen estás dos cosas: búscale un sentido, un significado y lleva a cabo una misión personal para aliviar el sufrimiento del mundo. ¿Es mucho el dolor? Es cierto, pero también hay muchas manos, tuyas y mías, que están en condiciones de servir, pero siguen esperando quien las conduzca. Además, esto te llevará a una plena realización, a la felicidad, y sobre todo, al encuentro de Dios.

- Desarrollo en ti la virtud de la fortaleza. Aunque tus padres no te entiendan -o pienses que no lo hacen- haz el esfuerzo por comprenderlos... Francamente los adultos muchas veces nos olvidamos que para hablar de adolescente a adolescente hay que convertirse en un niño.

No te quejes de todo: carencias, necesidades, propósitos no cumplidos, ni te detengas ante las dificultades, aprende a valerte por ti mismo y a trabajar con empeño por alcanzar tus propias metas. Si tú eres el primer interesado ¿por qué tienes que depender siempre de los demás?

- La firmeza heroica es la que hace falta a los hombres de nuestro tiempo para triunfar en un mundo dominado por la magia digital y el deseo de poder. Necesitarás esa firmeza para ejecutar acciones congruentes con tus creencias y valores. Necesitarás la valentía para ser íntegro y puro en tú corazón, aunque muchas veces esto te hará sentirte solo, pues estarás saliendo de lo fácil, de lo cómodo, de ser uno más en la multitud que se deja llevar sin saber a dónde.

Recuerda que cada joven va en busca de un sueño. Por causa de un sueño se desatan tempestades y ciclones. Que los tuyos sean grandes, anchos e infinitos, Pero que no se queden ahí, transfórmalos, dales vida, lucha por convertirlos en realidad, derramando la generosidad que sólo un corazón joven y apasionado como el tuyo puede tener.

En palabras de Juan Pablo: Reafirmamos con el juglar, Ustedes los jóvenes “son promesa cierta de futuro”, son “el descubrimiento del horizonte inmenso que es la vida”, “tienen un congénito sentido de la verdad”. Y la verdad debe servir para la libertad, aquella que va encauzada a perseguir ser un hombre “para los demás”. La juventud tiene que crecer, construirse desde muy adentro de su ser: con esfuerzo, con perseverancia y paciencia, con esa fe de carbonero, esa fe ingenua, no contaminada por arquetipos vacíos.- La juventud requiere de nuevos paradigmas para lograr un mejor destino.

20070903

Tiempo de reflexión

EL JUICIO MORAL.

Iván Danilo Chacón Labrador

La fundamentación de que todo juicio moral, represente en sí un elemento de “deber ser”, implica que reconocemos, atendemos a la luz de principios que nos ilustran sobre lo bueno o lo malo, sobre lo correcto o lo incorrecto en cuanto a cualquier acción ha emprender. De allí que tengamos claramente definida esa diferenciación entre actitudes buenas o malas.

Esta valoración, el entender plenamente, cuando concretamos en un juicio moral, lo correcto o lo incorrecto de nuestras acciones, y nos permite caracterizar por medio de nuestros sentimientos la obligación de hacer una escogencia libre, con plena libertad de nuestra voluntad, con plena deliberación de la razón, en cuanto a lo que yo juzgo correcto, y de hacer la escogencia porque lo juzgo correcto. O, lo considero moralmente justo.

Para quienes ejercemos la docencia universitaria, con plena libertad de nuestra voluntad, con plena conciencia de nuestra responsabilidad docente, con sublime vocación de cátedra, hacemos actos moralmente justos, cuando el acto docente cumple realmente la intención de satisfacer una demanda de nuestra juventud ávida de conocimientos, y escogemos los medios adecuados para cumplir fielmente la intención.

Ejemplificando como docentes, podríamos señalar, que el reconocer que mis alumnos tienen el derecho de exigirme una instrucción moderna en mi cátedra, obro con justicia si trato de darles esa instrucción, con una actualización de lecturas relativas a mi campo y trasmito sin reservas mentales, sin egoísmos odiosos a mis discípulos en mis clases dinamizadas con la participación socializadas de mis alumnos, procurando siempre que sean protagonistas del debate académico, para que den rienda suelta a la imaginación creadora, para su experimentación como líderes de la Venezuela auténticamente heroica

Igualmente, podría proceder mal si hago lo que mis alumnos demandan, simplemente no por considerar que sea lo correcto, sino para hacerme popular, sin tomar en cuenta nuestra labor mentora para las acciones formativas de bien, de consolidación de futuros conductores, y capitanes de la nave patria hacia mejores puertos, y logrando aportes para que igualmente puedan navegar en males procelosos con paciencia, y buen tino.

Podría negarle, igualmente, a mis alumnos la información, y estaría asumiendo una postura mala, injusta, moralmente injusta, de odioso egoísmo contra natura como padre y docente integral.

Un acto es considerado bueno siempre que cumpla un fin loable, procurando el bienestar de alguien. Entendiendo que la demanda de la humanidad es la persecución de la felicidad.

Para que un acto sea moralmente justo debe promover un logro, satisfacer no solamente cualquier demanda, sino la que asegure una orientación de búsqueda de un bien en la vida.

Podemos darle a nuestros estudiantes la instrucción más moderna, pero si no logramos persuadirlos, con un buen convencimiento, que implica cercanía, bondad, tolerancia, solidaridad, buen decir y buen hacer, no estaremos cumpliendo con lo moralmente justo, que obliga al buen docente a pensar en su misión y su visión con racional y edificante acción educadora.

Procuremos como docentes universitarios, enaltecer la educación moral, esa que promueve el desarrollo de la libertad, estimular a nuestros alumnos para que sean libres, instarlos a querer serlo. No olvidemos nunca que existe una libertad que no todos queremos. A veces la desdeñamos, otras la tememos, en el decir del gran Eric From, en su “Miedo a la libertad”. Es la libertad que tiene como valor preciado la responsabilidad. A nuestros alumnos debemos motivarlos para que sean sensibles a toda posibilidad de que en cada instante de nuestras vidas hay algo que podamos hacer para darle forma al siguiente momento, y es educar para la libertad pero con responsabilidad moral, con clara noción de sus actitudes, de sus actos como humanos, de conjugar plenamente la deliberación de la razón, la voluntad de querer hacerlo, y la Libertad de poder siempre hacerlo, con la búsqueda siempre del bien entre los hombres.

TIEMPO DE REFLEXIÓN

NO HAY LUGAR PARA LA DESESPERANZA.

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR.

La historia a partir de aquel “decreto” filosófico. “Conócete a ti mismo”, a permitido un abanico de posturas de hombres y mujeres que irrumpieron en el protagonismo societario, para tratar de conocerse a sí mismo, unos para dominar; otros para medir posibilidades dentro del ambiente social, cultural, político o religioso donde estaban relacionados o sometidos; otros y quizás muchos para complacerse en sus intimas excelencias, o alimentados de un puro narcisismo, de un ego desenfrenado, para dominar y profundizar en sus malévolas manipulaciones.

Esa misma historia nos presenta a personajes, que se han dedicado con especial preocupación a un toque de tejido social, para conocer el prójimo, para aliviarles en sus angustias, para orientarlos en sus vacilaciones.

Esa desesperanza viene alimentada, baste como ejemplificación, expresiones que influyen en la conciencia, la voluntad y la conducta colectiva, tales como: “Psicosis de miedo”, “manipulación de la información”, “reinserción social”, “orientar-desorientar al consumidor”, “superar tal trauma”, “guerra psicológica” etc.

El venezolano por mandato de nuestros ancestros, nunca se amilana por la desesperanza. No podemos en modo alguno angustiarnos ante los pesimistas augurios de quienes han arriado abanderar del optimismo, los que han perdido la esperanza en los hombres y en los pueblos, o pretenden asumir olímpicas posturas entre el bien y el mal, entre el blanco y el negro, que enturbia el horizonte social.

Por una parte vivimos tiempos aciagos de confusión intelectual y por otra carecemos de una fuerza moral y, de coraje para asumir con temple cualquier reto. La inercia, el marasmo, la molicie, y la falta de perspectivas conducen a no hacer nada, a un individualismo enfermizo.

La separación radicalizada entre la política y la ética ha encontrado numerosos adeptos en el siglo XX, y, lo que va del nuevo milenio, presentándose como una de las principales razones, el escepticismo de la política ante cualquier apelación a principios éticos, ya que con frecuencia tales apelaciones son fruto de la hipocresía.

Hay que reiterar que recurrir a justificaciones morales de una política inmoral o amoral, se halla muy lejos de cualquier principio ético y la profesión farisaica de principios morales solo sirve para encubrir el abandono de la ética mínima, en el decir de la profesora Adela Cortina.

Estamos obligados por mandato histórico, a promover un pluralismo limpio, de corte eminentemente racional y posible que nos permita profundizar en la aceptación de un concurso de las mejores soluciones, que generen confianza y seguridad, garantizando la avanzada hacia el encuentro de la justicia social y la promoción del hombre en procura de su crecimiento.

El renacer de valores éticos no puede seguir siendo posturas electoreras, demagógicas, sino que tiene que ser definitivamente la edificación de una democracia pura, efectiva y eficiente, como solución posible de justicia y equidad, para no horadar la fe popular tan erosionada.

Una Venezuela hacia la tecnología y la creatividad, debe ser nuestro reto para producir nuevas tareas, oficios, ocupaciones y logros que permitan generar estímulos y expectativas renovadas y frescas. Una Venezuela en sintonía con un mundo nuevo. Evitemos la proliferación de abstracciones fundamentadas en utopías inalcanzables imposibles de consolidar en un autentico desarrollo integral.

TIEMPO DE REFLEXIÓN

INDEPENDENCIA

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR


Vision_universitaria@hotmail.com


El pasado 5 de julio, fecha histórica de la firma del Acta de nuestra independencia, arribamos al centésimo nonagésimo sexto aniversario, de tan magna fecha patria.

Es propicio, oportuno, necesario, ratificar en nuestro colectivo histórico, la condición de república libre, soberana, independiente.

Es oportuno, y de especial relevancia, recordar en el hecho histórico independentista, la significación del alto espíritu nacionalista de quienes suscribieron el Acta independentista de julio de 1811, animados del sublime, y férreo propósito de romper las cadenas que nos subyugaban al dominio extranjerizante.

Esa heredad, de preclaros hijos, de lúcidos y revolucionarios, de la antigua Capitanía General de Venezuela, fue un empeño glorioso, de gesta imperecedera, para revertirnos en patria ajena a todo vasallaje, que obliga por lo “imperecedero”, a empinarnos en nuestra enhiesto Ávila, para otear el horizonte de libertad, solidaridad, responsabilidad, templanza, fortaleza, justicia, con mucha humildad, aislando cualquier asomo de soberbia, como emoción destructiva, para gritar a voz en cuello, que elegimos continuar siendo libres, muy dueños de nuestro propio destino.

Esta condición de seres libres, implica un rechazo ardoroso, de cualquier intromisión en nuestro desenvolver cotidiano, provenga de cualquier estado, o potencia del globo terráqueo.

Consecuencialmente, es propicio proclamar nuestro insoslayable e irrenunciable derecho de decidir entre todos los venezolanos, sin parcelamientos , ni exclusiones odiosas, los derroteros y el rumbo del presente y el futuro de la patria de Bolívar, quien solo se remontó allende de nuestras fronteras, para llevar la libertad donde imperaba el despotismo.

Esa garantía, de ser garantes de la vigencia plena del principio de la libre autodeterminación de los pueblos irredentos, y de la no intervención, exigimos que se nos respete. Que se nos respete, la condición de ser libres y pensantes, como seres humanos. Entendamos que nunca, la estolidez nos ha acompañado. De haber estado la estulticia junto al venezolano, el vientre siempre fértil de la patria no hubiese parido a un Juan Germán Roscio un José Isnaldi, como signatarios ambos, del Acta del 5 de julio de 1811.

El sentir colectivo, la heredad libertaria, la libertad en nuestra manera de pensar, sentir, obrar, hace imperativo, el repudio, y el rechazo a la persistente y obstinada actitud de quienes más allá de nuestros mares, están entrometiéndose en el acontecer nacional.

Es de rogatoria nacionalista, para que el Supremo hacedor, permita el entendimiento de los hijos más buenos, nobles, justos, equitativos, solidarios, luchadores, de la patria unívoca, e indivisa, en procura de hacer honor al mandato de nuestros héroes, como fuente y bebedero de una genuina Constitucionalidad de Patria Grande y Soberana.

20070902

TIEMPO DE REFLEXIÓN

UN MENSAJE ALENTADOR.

Iván Danilo Chacón Labrador.

Se ha dicho que el hombre occidental es rico en medios pero pobre en fines. La cultura contemporánea, con su antropología frecuentemente cerrada a lo trascendente, corre el riesgo de mutilar al hombre o de asfixiarlo en su pretendida autonomía. Pero el hombre de nuestro tiempo, como en todas las épocas, seguirá preguntándose por el bien, porque la vida exige imperiosamente un sentido. Esa interrogante del hombre, nos permite reafirmar, que el fin de la ética, ha sido, es, y nunca dejará de ser la búsqueda del bien societario. El hombre occidental, que es prodigado por la Providencia, con infinita largueza, está urgido de una visión más humana, para apreciar las nuevas realidades que se nos presentan en el día día, en la cotidianidad, para lograr nuevos paradigmas, que grafiquen un futuro hacia la búsqueda de lo trascendente, hacia la infinitud del ser, hacia el fin último que es Dios.

En un mundo que golpea tanto, en el que nos encontramos rodeados de tantas felonías, de tantas ambiciones, de tanta soberbia. En un mundo donde salir lastimado es cosa ordinaria, no sólo es necesario sino urgente el estar lleno de fortaleza. Fortaleza virtuosa, de valor inconmensurable, que de igual manera sea recibida, asimilada, con infinita largueza. No de fuerza bruta, avasalladora, generadora de violencia, de destrucción, de división y fractura, de odiosas exclusiones, de aparteid. Tampoco fortaleza entendida como dureza de corazón, como insensibilidad, como indiferencia, como deshumanizada postura embriagada de egoísmos.

La fortaleza que hoy necesitamos es aquella que nos permite permanecer de pie en medio de las tormentas, en medio de las pruebas, en medio de mares procelosos, en medio de las dificultades, en medio de las tentaciones. La que nos permite poder seguir pensando con claridad y actuar con acierto, aún cuando las cosas se pone difícil. Y esta solamente Dios la da, porque solamente Dios la tiene.

En un mundo de guerras, de envidias, de avaricia, de feroz competencia. En un mundo de tanto vacío existencial, de tanta superficialidad, de tanta vanidad, es fácil llenarse de ansiedad y de angustia, es fácil sentirse solo y abatido, es fácil perder la calma: es fácil no tener paz. Pero la paz, a diferencia de lo que muchos creen no significa solamente ausencia de guerra. La paz es una experiencia interior que me hace vivir en armonía, en sintonía, en comunión conmigo mismo, con Dios, con los demás y con la naturaleza. La paz, ante todo, es un don, y es un don divino; solamente Dios lo tiene, solamente Dios lo da.

Con la entusiasta participación de más de medio millón de jóvenes que acudieron de todos los puntos geográficos de la península italiana a la ciudad de Loreto, el Papa Benedicto XVI presidió la semana pasada la Santa Misa en la que alentó a los presentes a no tener miedo de "ir contracorriente" y optar por el amor y la humildad auténticas en medio de un mundo signado por el egoísmo y la arrogancia y que privilegia la apariencia y el tener. Al recordar al inicio de su homilía que "Dios, para realizar su Alianza, buscó un corazón joven, y lo encontró en María, 'mujer joven'", el Santo Padre aseguró que aún hoy en día "Dios busca corazones jóvenes, busca jóvenes de corazón grande, capaces de hacerle espacio en su vida para ser protagonistas de la Nueva Alianza". Asimismo hizo notar que "para acoger una fascinante propuesta como la que nos hace Jesús, para realizar una Alianza con Él, es necesario ser jóvenes interiormente, con la capacidad de dejarse interpelar por su novedad, para realizar con Él caminos nuevos". "Jesús –continuó tiene una predilección por los jóvenes; respeta la libertad, pero no se cansa jamás de proponerles metas cada vez más altas para la vida: la novedad del Evangelio y la belleza de una conducta santa". Más adelante afirmó que la Iglesia sigue el ejemplo de Cristo, y que es por ello que ella sigue a los jóvenes "con inmenso afecto y está cerca de ustedes en los momentos de alegría y de diversión, de prueba y de sufrimiento; los sostiene con los dones de la gracia sacramental y los acompaña en el discernimiento de vuestra vocación". "Queridos jóvenes, déjense involucrar en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y estaréis en capacidad de ser apóstoles de su paz en vuestras familias, entre vuestros amigos, en vuestras comunidades eclesiales y en los varios ambientes en los cuales vivís y operáis". El Santo Padre continuó su homilía explicando el significado de la palabra "joven" en su sentido evangélico, y refiriéndose a la Virgen María dijo: "Dios ha mirado la humildad de su sierva. La humildad de María es aquello que Dios aprecia más que cualquier otra cosa en ella". Reflexionando sobre el modo de pensar del mundo actual, agregó que "el humilde es percibido como renuncia, como un derrotado, uno que no tiene nada que decir al mundo. Pero en cambio es el camino maestro, y no solo porque la humildad es una gran virtud humana, sino porque, en primer lugar, representa el modo de actuar del mismo Dios". "No sigan el camino del orgullo, sino el de la humildad. Id contracorriente: no escuchéis las voces interesadas que hoy publicitan modelos de vida marcados por la arrogancia y la violencia, por la prepotencia y el éxito a todo costo, por la apariencia y el tener, sacrificando el ser", dijo el Papa. "¡Sed vigilantes ¡¡Sed críticos! No tengáis miedo, queridos amigos de preferir los caminos 'alternativos' indicados por el amor verdadero: un estilo de vida sobrio y solidario; relaciones afectivas sinceras y puras; un compromiso honesto en el estudio y el trabajo; el interés profundo por el bien común. No tengáis miedo de parecer diversos y de ser criticados por aquello que puede parecer propio de un perdedor o fuera de moda: vuestros coetáneos, pero también los adultos, tienen una profunda necesidad de ver a alguien que ose vivir según la plenitud humana manifestada por Cristo Jesús". El Papa así se refirió al camino de la humildad como un camino "del valor", el "resultado de una victoria del amor sobre el egoísmo, de la gracia sobre el pecado". Prosiguiendo su homilía, el Santo Padre invitó a todos los presentes a ver en los santos modelos de humildad y destacó su profunda pertenencia a la Iglesia, afirmando que "no se puede amar a Jesús sino se ama y no se sigue a su Iglesia". Concluyendo, Benedicto XVI renovó su invitación a los jóvenes participar en la Jornada Mundial de la Juventud a realizarse el próximo año en Sydney, Australia, y alentó a "preparse para esta manifestación de fe juvenil, mediante el Mensaje que profundiza el tema del Espíritu Santo, para juntos vivir una nueva primavera del Espíritu".

Con este ecuménico mensaje del Santo Padre, la esperanza venezolana, es igualmente visualizada en el querer, y sentir de nuestra juventud, que definitivamente, en el decir del juglar, es “PROMESA CIERTA DE FUTURO”.