20091230
























INDICE
Razón de ser de Visión Universitaria
Foto del programa con el Dr. José Pascual Mora García (18/10/08)
Fotos del programa con Mons Baltazar Porras (4/10/08)
Platón vs. Prozac
Foto última clase Sección 214 CIDEC
Mensaje de Año Nuevo 2008
Prólogo del libro "Análisis con Visión"
ANALISIS CON VISION (Texto completo)
Escribir para la Juventud
El Juicio Moral
No hay lugar para la desesperanza
Independencia
Un Mensaje Alentador
Fotos del Programa con Carlos Moros Puentes
Contrastes
Bolívar y Wshington (I)
Homenaje al Cdte. (R) Juan Merchán López
Fotografías programa de TV
Fotografías programa de radio
Clase Magistral en el IUTI
Conferencia en el Santiago Mariño
Mensaje navideño 2006
Tras la huella virtuosa de una Ética Humana en tiempos de crisis de valores
Qué son los valores?
Mediocridad y búsqueda de excelencia
Proceso Globalizador
Cultura Indígena
Persona y Libertad
Conoce los valores
No tener miedo a la verdad
Condiciones básicas de un buen docente
Juan Pablo II
Ingenieros
La tolerancia
Pretender ser educador...
La Paz
La Humildad
Los valores en la Posmodernidad
Valores y antivalores
La Prudencia
Vargas Llosa
La generación del 28
Explosión de Información
La Gratitud
Valores para Docentes
La Enseñanza
Crisis de la Modernidad
La Identidad Nacional
Persona y Libertad
Una referencia sobre el "modo" clase
El Constructivismo Pedagógico
Condiciones básicas de un buen docente
Hablemos de moral y trato social
Curriculum Vitae

Correo:
vision_universitaria@hotmail.com

20091229

RAZÓN DE SER DE “VISIÓN UNIVERSITARIA”

PROGRAMA TELEVISIVO DEL CANAL 21.

VISION UNIVERSITARIA, nace a la luz pública, como consecuencia de la reflexión de los docentes universitarios- licenciados Iván Danilo Chacón Labrador, Gisela Garavito de Chacón y Mariana Ylena Chacón Garavito, y, los jóvenes estudiantes universitarios Irina Daniela Chacón Garavito e Iván Danilo Chacón Garavito,- acerca del querer y sentir de los cohabitantes del Alma Mater, reflexión cuya génesis arranca de la exhortación en torno a la necesidad de ocupar un espacio que responda a esas inquietudes en este medio audiovisual tan importante como lo representa la televisión, a través del Canal 21 de San Cristóbal.

Desde un principio convocamos a todas las casas de estudios superiores a aunar esfuerzos y conjugar voluntades, confiados plenamente en el concurso de autoridades, profesores, estudiantes, así como del personal administrativo y obrero. Asumimos el reto imponiéndonos como corolario la célebre introspección de Ernesto Sábato en el sentido de que “crear es hacer lo que no existe”, y, a su vez, nos propusimos el lenguaje multívoco con absoluta rigurosidad, puesto que entendemos que solo en las ciencias exactas se puede , y se debe, inventar un lenguaje unívoco.

De ahí, nuestra inalterable decisión de mantener un espacio de puertas abiertas, sin exclusión alguna que responda a banderías, religiones o fanatismos dogmáticos. Nuestro único afán, como lo manifestamos al inicio, es estrechar aún más la Universidad a la colectividad regional en procura de que contribuya con todas sus potencialidades y el intelecto de sus miembros al auge y a la expansión de nuestra entidad, de nuestro querido estado Táchira del cual somos por mandato de gentilicio unívocos coetáneos.

Desde “VISION UNIVERSITARIA”, sentimos la grata satisfacción de invitarles a participar activamente a través de éste medio, a presentar inquietudes, informaciones y demás enfoques sobre el acontecer del Alma Mater.

Hoy nos preparamos para celebrar con fe de carbonero, el cuarto aniversario en el mes de noviembre, sumando a la fecha 145 ediciones ininterrumpidas, con el compromiso inquebrantable de la idea inicial, en los primeros balbuceos del programa.

San Cristóbal, septiembre de 2006

20081018

Invitado especial, Programa del 18/10/08, Dr. José Pascual Mora García, Presidente de la Sociedad Bolivariana del Táchira, Vicepresidente de la Sociedad Historia de la Educación Latinoamericana, Individuo de Número y Expresidente de la Academia de Historia del Táchira, Miembro de las Academias de Historia de Boyacá (Colombia), Norte de Santander (Colombia) y Zulia. Profesor de la ULA-Táchira


Invitado especial del 04/10/08, Mons. Dr. Baltazar Enrique Porras Cardozo, Arzobispo Metropolitano de Mérida





20080529

PLATÓN VERSUS PROZAC

Iván Danilo Chacón Labrador

visión_universitaria@hotmail.com

Para iniciados, en la búsqueda incesante del conocimiento de la vida, de la solución de la conflictividad social, es importante adentrarse en la filosofía, y, más aún en la filosofía practica, como novísima tendencia filosófiva que nos permite las herramientas existenciales requeridas para superar el vértigo social.

En los inicios del milenio, estudiosos del pensamiento filosófico, procurando adaptar las claves en las nuevas realidades sociales, familiares, amorosas, económicas, existenciales, vale decir a la vida cotidiana de la persona humana, y, determinan una filosofía práctica como alternativa suficientemente válida para superar angustias, sinsabores, saltos en el vacío

En los Estados Unidos, y la vieja Europa, nuevamente aparecen adelantados estudiosos que, usando el argot futbolístico, dan el puntapié de apertura al juego de la filosofía práctica, con el libro “Más Platón y menos Prozac”, del autor, Lou Marinoff.

Como toda disciplina filosófica, la filosofía práctica hoy cuenta con “simpatizantes y opositores”. Nace en Alemania en la década de los ochenta del “siglo pasado”. Se ha esparcido por todo el globo terráqueo. De las enseñanzas de los pensadores desde la Grecia antigua, a nuestros días, puede encontrarse la “receta” aplicable para los males sociales, y lograr una mejor calidad de vida, con menos conflictos agobiantes, y dispersadotes de la paz colectiva.

Encontramos en la Europa milenaria, un calificado grupo de especialistas, encabezado por Gerd Achenbach, quien dio inicio a una labor de “laboratorio” humanístico para abordar la temática social de los nuevos tiempos. Esto es, a considerar la posibilidad de que la filosofía volviera a ser, como lo fue en Grecia hace más de 2.500 años, algo útil para la gente común: un marco de referencia aplicable a las experiencias cotidianas.

En sólo diez años, esta "ola filosófica" logró cruzar el Atlántico y llegar a los Estados Unidos, donde el experto Lou Marinoff, profesor de Filosofía en el City College de Nueva York y pionero de este movimiento, se dedicó a promover las ventajas de esta nueva propuesta y hasta escribió un libro sobre el tema, "Más Platón y menos Prozac".

Marinoff, se adapta a la nueva doctrina, que genera toda una suerte de críticas y descalificaciones hacia y desde esta nueva doctrina, lo cierto es que Marinoff plantea en su texto una serie de críticas más que justificadas a esa concepción tan de moda hoy en día, según la cual todo lo que resulta difícil de comprender automáticamente se cataloga como "patológico" o recibe el nombre de síndrome. Vale decir, no todo lo que sucede tiene que ser visto bajo la óptica distorsionada de la enfermedad ni necesariamente responde a un desequilibrio neuroquímico. A veces se trata de otra cosa, y justamente por eso las soluciones tampoco pueden ser las mismas.

Las personas en forma constante luchan para superar adversidades, conflictos, que obligan a encarar la realidad existencial para asimilar, comprender y manejarse en un mundo que cada día es más complejo, y no tienen por qué verse etiquetadas con un trastorno, cuando en realidad lo que están haciendo es avanzar por caminos consagrados a la búsqueda de una verdad más satisfactoria, más apropiada a su propia realidad, a su propio mapa mental, que de por sí es individualizado, en su percepción de su realidad exterior.

La idea básica de esta corriente doctrinaria, nos ubica en la necesidad de encarar un determinado problema mediante una conversación en la que se considere el dilema en sí, los sentimientos que éste genera, los estados emocionales que se derivan de él, y, los pros y los contras de cada posible solución, hasta llegar a la respuesta que mejor satisfaga.

Este proceso bien se puede hacer con un amigo o con un interlocutor más profesional que, en este caso, se denomina "consejero", "terapeuta-consultor" o "asesor filosófico", que con propiedad académica, e independientemente del receptor, la idea es que hablando con un amigo o con un experto en el tema, uno esté en condiciones de enfrentar con serenidad y sin muletas químicas ni dependencias de otro tipo, los desafíos, los mares procelosos existenciales que la vida le asoma a cada paso.

No se pretende a mi juicio, como iniciado en estas lides filosóficas, a buscar la eventualidad del consejero filosófico para que con su intervención limitada a un par de entrevistas, centradas sobre todo en un conflicto actual, porque nadie puede cambiar el pasado. El asesoramiento filosófico parte de estas premisas con el ánimo de ayudar a las personas a desarrollar formas productivas de ver el mundo y, en razón a que cada persona tiene su propio mapa de la realidad existencial, su propia manera de apreciar el mundo que lo rodea, y por consiguiente, a trazar un plan general de actuación en la vida cotidiana, para darse con su propia introspección la revisión de su interioridad, en la búsqueda de un mejorar constante, en la adecuación a las nuevas realidades que tenemos que enfrentar en nuestra vida en el día día de la cotidianidad

Profesor Universitario

Vision_universitaria@hotmail.com

Vision-universitaria.blogspot.com

20080514

FOTO ÙLTIMA CLASE SECCIÓN 214 CIDEC
CÁTEDRA DE PROGRAMACIÓN NEUROLINGÙÍSTICA EN LA CAREBEEAN INTERNACIONAL UNIVERSITY, CONVENIO CON CIDEC EN SAN CRISTÓBAL, EN LA CARRERA DE CIENCIAS GERENCIALES

20080105

Año Nuevo: Poner últimas piedras

En este año nuevo, revisamos el valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos.

Comenzar algo siempre nos llena de entusiasmo. Un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, una nueva relación trae consigo esperanzas y expectativas. En realidad poner “la primera piedra” de un edificio es relativamente sencillo. Pero poner “la última piedra” no es tan fácil.


El poner la última piedra es un valor que nos enseña la importancia de terminar lo que emprendemos y no dejarlo a medias.


Cuando termina un año, se da un doble fenómeno: el de la alegría de comenzar un nuevo ciclo, pero en cierta forma también un poco la tristeza de ver que no terminamos todo lo que nos propusimos.


No podemos permitir que el desánimo o la tristeza nos impidan actuar. Los grandes proyectos requieren de un trabajo constante. Las grandes obras se componen de pequeños esfuerzos que se realizan todos los días. Pero también es importante sentarse a meditar en qué queremos lograr y hacia donde esperamos ir. Si no tenemos la constancia y la lucha diaria de construir las cosas grandes con pequeños detalles, nos quedaremos colocando primeras piedras, pero no acabaremos nuestras obras.


Poner la última piedra es la culminación que nos brinda paz y una conciencia serena. Quienes siempre emprenden pero nunca terminan acaban desanimándose y llegando a un conformismo mediocre que no es sano.

Para poner últimas piedras, debemos conocer nuestras capacidades y nuestros defectos. Pero nuestros proyectos siempre deben exigirnos un poco más de lo que podemos hacer. Todos los seres humanos tenemos limitaciones que vamos conociendo con el paso del tiempo. Un joven es mucho más soñador que un adulto. Los jóvenes con frecuencia se establecen metas demasiado altas, poco acordes a sus posibilidades reales. Por el contrario, a veces las personas mayores tienden a ser más pesimistas, pues se han dado cuenta de que la vida no es tan sencilla y que los sueños son difíciles de materializar.

Pero ninguna de las dos actitudes es sana: ni la del joven que no mide sus posibilidades, ni la del adulto que deja de soñar. Tener una actitud equilibrada significa plantearnos metas un poco mayores de lo que sabemos que podemos hacer, y asegurarnos de poner la última piedra. Y una vez que lo logremos, volver a empezar haciendo planes, proyectos y fijándonos nuevas metas, cada vez más altas.

Podemos sentir desánimo porque nosotros no pudimos hacer lo que queríamos, y es lógico. Sin embargo nunca debemos olvidar que si lo que emprendemos no lo hacemos solo para nosotros, ni solo nosotros, sino haciéndolo para la Gloria de Dios y contando con Su ayuda, lo lograremos.

Siempre conviene recordar el Episodio de las Bodas de Caná que nos narra San Juan en su Evangelio, cuando Nuestro Señor Jesucristo hizo su primer milagro: Convirtió el agua en vino, pero hay una nota muy importante que debemos resaltar: antes de convertir el agua en vino, pidió que se llenaran seis tinajas que tenían para las purificaciones de los judíos. El evangelista nos narra que “las llenaron hasta arriba”. Este pasaje debe recordarnos que el Señor podría haber creado el vino por un solo acto de Su voluntad, sin embargo quiso que los hombres llenaran las tinajas. Dios está dispuesto a ayudarnos, y hará lo que nosotros no podemos, pero cuenta con nuestro esfuerzo. Y nosotros debemos “llenar las tinajas hasta arriba”, no hasta la mitad, ni a tres cuartos de su capacidad, sino “hasta arriba”. Esto significa que cuando tengamos un proyecto, un trabajo, o pongamos una “primera piedra”, debemos hacer nuestro mejor esfuerzo, y confiar en que Dios suplirá lo que nosotros no podemos hacer.

Es fácil poner primeras piedras, pero no es tan fácil poner últimas piedras. Quien pone últimas piedras se convierte en un elemento fundamental en su familia, en el trabajo, en la comunidad, porque todo el mundo sabe lo difícil que es concluir una tarea y lo fácil que es empezarlas. El secreto de la última piedra está en que si nosotros hacemos nuestro mejor esfuerzo y se lo ofrecemos a Dios, él se encargará de ayudarnos a concluirlo.

Dentro de lo que nos corresponde a nosotros, para vivir el valor de poner últimas piedras podemos:

- Establecer una fecha clara para terminar un proyecto.

- Saber que todo cuanto emprendamos tarde o temprano tendrá obstáculos, y estar preparado para ello.

- Crear un calendario en el que establezcamos acciones concretas para terminar nuestros proyectos.

- Todo gran edificio está construido con partes más pequeñas. Debemos acostumbrarnos a hacer pequeñas acciones, pero muy constantes.

- No poner una sola “última piedra” sino muchísimas, que el culminar nuestras actividades o proyectos se convierta en un hábito, y no en una excepción.

Concluye un año y empieza otro. Y es el momento no solo de hacer propósitos, sino de hacer nuestro esfuerzo humano para “llenar las tinajas”, pero nunca olvidar que si realmente queremos poner la última piedra, debemos pedir la ayuda de Dios y él no nos la negará.

Pidámosle a la Santísima Virgen María que interceda ante nuestro Señor para que este año que comienza tenga muchos y muy buenos propósitos, pero que sobre todo tenga muchas “últimas piedras” y que la mejor “última piedra” sea la de vivir al final de este año que comienza como buenos cristianos que amemos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas, y que amemos al prójimo como a nosotros mismos.

¡Feliz año 2008 les desea todo el equipo de Visión Universitaria

Recopilación de Encuentra.com y de Encuentra Networks!

20070910

PRÓLOGO DEL LIBRO “ANÁLISIS CON VISIÓN”, DEL LIC IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR, ESCRITO POR EL DOCTOR CARLOS MOROS PUENTES

PRÓLOGO.

Rodeado de montañas, sobre una meseta desde donde otea el sendero rojizo que hoy queda del otrora caudaloso río, se tiende expectante nuestro querido pueblo andino, Táriba, la Perla del Torbes.

Ahí en ese querido sitio y por allá en otro Siglo, en recuerdo tan presente que no atina a calificarse de pasado, culminando aquella década de los sesenta, de tanta gloria y loas a la juventud, conocí a Iván Danilo Chacón Labrador.

Frente al Templo Sagrado que guarda la Imagen Milagrosa de la Virgen de la Consolación y a un costado de la Plaza Bolívar, dentro de los muros apisonados y tejas ennegrecidas que albergaban la recién estrenada Biblioteca Pública en honor al pionero salesiano Presbítero Juan Soleri, atendiendo señera invitación de su fundador Rafael Ulises Largo, en asocio a otros contertulios vecinos, nos reunimos una noche cualquiera de esa época. Circundados por precarios anaqueles que sostenían los repetidos y únicos textos de Catecismo, Historia Sagrada y Religión con que se iniciara esta casa del saber, instalamos pomposamente una peña literaria con el nombre de ‘Italo Ayesterán’, remembranza del poeta paisano.

Y aprovechando esa fecha histórica para el pueblo, sin tanta fanfarria iniciamos una amistad que durante estos años ha sido tan fraterna y entrañable como fructífera.

Y desde este rincón venezolano, acosado de verdores montañosos, en el devenir hemos recorrido, invariablemente y como es de suponerse, rutas muchas veces diferentes, aunque por camino nunca separado y menos aún opuesto.

Enlazados por un cariño que siempre aviva el compartir angustias y esperanzas, luchas y desvelos por el engrandecimiento de la Patria Grande desde la Patria Chica, impresas ambas con la mayúscula del amor, ahora me regocijo de estar tecleando estas rápidas letras para su primer libro.

Ayer, en aquella antañona casa de ruinoso aspecto pueblerino donde lo conociera, cuando apenas asomábamos el incipiente bozo de nuestros ímpetus juveniles, ya Iván Danilo sobradamente demostraba no sólo su singular elocuencia sino conocimiento profundo en su discurrir.

Hoy, acosado por quienes hemos sido admiradores de su verbo de variadas vivencias, preocupaciones, matices y temática, por fin ha decidido recopilar parte de su fina como vasta obra, dispersa en discursos, escritos periodísticos, intervenciones radiales y televisivas, con las indiscutibles mejoras que la reflexión y la madurez le aderezan.

Y esa parte se condensa en este libro, selección pigmea de sus gigantes inquietudes sociales y personales.

Saludamos con beneplácito esta obra, signada a convertirse en otro refulgente astro de nuestro firmamento intelectual, con el vaticinio de que será portal de una serie inagotable.

Y la culpa sigue siendo de estas montañas andinas.

Pues con las sempiternas montañas ocultándonos el horizonte, desde estos paisajes tachirenses nos hemos acostumbrado a contemplar sólo a las estrellas, por lo que nuestras metas se ubican en la calidez de tan monumentales alturas.

A este delirio cotidiano no ha sido ajeno Iván Danilo Chacón Labrador.

Y este libro es sólo un pequeño y hablachento testigo de su tiempo.

Ahora ceso el garabateo de estas frases por mi pasión a la brevedad y no por carencia de motivos, que variados, múltiples y extensos hallará el lector al disfrutar el botín de estas páginas.

Con mi eterno afecto por Iván Danilo, siempre alterado por el constante crecimiento hacia la familia chagartiana que integra junto a su par Gisela y sus reflejos Mariana, Iván e Irina.

Carlos Moros Puentes

20070904

TIEMPO DE REFLEXIÓN

ESCRIBIR PARA LA JUVENTUD

Iván Danilo Chacón Labrador

Para la docencia post-moderna, se impone una humanización en lo existencial, primariamente para corresponder al clamor de nuestra juventud, cansada ya de arquetipos vacíos, de utopías incumplidas, por sueños irrealizados ante promesas marchitas de un liderazgo cansado, agobiado, en molicie enfermiza.

La escritura es un medio fundamental en el arte de comunicar a otros nuestros propios sueños, las ideas, las vivencias, las angustias, los miedos, los deseos e ilusiones, las esperanzas para construir un mejor mañana.

Para el gran pensador, Julio Ramón Ribeyro, “escribir, más que transmitir un conocimiento, es acceder a ese conocimiento. El acto de escribir nos permite aprehender una realidad que hasta el momento se nos presentaba en forma incompleta, velada, fugitiva, caótica. Muchas cosas las comprendemos sólo cuando las escribimos”.

Si la escritura es un medio de comunicación y de creación, lo es también para aprender a pensar, pues es un medio privilegiado de expresión y reflexión del pensamiento. Cuando escribimos, meditamos sobre las ideas que queremos expresar, examinamos y juzgamos nuestros pensamientos. Esto es tan cierto que uno no termina de comprender bien una idea hasta que la escribe. “Si quieres saber lo que piensas, escríbelo”. Detrás de muchas resistencias a escribir, se ocultan las resistencias a pensar, y es triste constatar cómo la escuela ha descuidado la ejercitación continua de la escritura personal y creativa.

Escribir es comunicar, derramarse en los demás para desatar procesos de creación, de ilusión, de esperanza. Como ha dicho el escritor uruguayo Eduardo Galeano, “uno escribe, pero el texto se realiza en el lector. Las palabras viajan dentro de él, le pertenecen. La escritura es una forma de buscar al otro, de darse, de entregar el alma. Supone la aventura de la incertidumbre. Es como arrojar botellas al agua con mensajes de amor, de esperanza, con la ilusión de que alguien las recogerá y responderá.”

Hoy quiero recomendarte un libro cuyo título es “Queridísimos jóvenes”, de su Santidad Juan Pablo II, quien en forma ecuménica, dejo para la posteridad mensajes imperecederos, que para el cultivo de nuestra juventud, para quienes están en la etapa más bella de la existencia humana, pero también la más tormentosa en muchos casos. El descubrimiento de la vida, sus aspiraciones, sus sueños, sus utopías, las realidades existenciales, sus oportunidades y problemas lo que genera el caos en tu interior, pero a pesar de todo hay algo que debes mantener siempre en tu deliberación de la razón, en tu pensamiento, en tú mente! Atrévete a ser grande!

Necesitas atrevimiento para enfrentar los retos que el mundo actual presenta para ti, sin temores, con un compromiso pleno y decidido para cumplir con tu vocación, con especial consagración en tus realizaciones, en tus actos humanos, sea la que sea; grandeza en tu corazón para hacer el bien a todos sin distinciones, con entrega y espíritu de servicio. Por eso es siempre oportuno citar el mensaje de Juan Pablo II, que deseo entregar con fe de carbonero a la juventud venezolana, en momentos de ser actores impostergables de un mejor país, de un mejor futuro.

- Atrévete a ser operador de la paz. Te ha tocado vivir en un mundo agitado y controvertido donde puedes observar como los adultos entre ellos no se ponen de acuerdo. Mas no te fijes en sus problemas, tu eres quien puede convertir a tu generación en esa categoría de seres humanos que luchan por vivir en armonía, solucionando los problemas en vez de hacerlos más grandes, sin deseos de dominio y con el único afán de lograr un verdadero diálogo y entendimiento para forjar un presente y un futuro mejor.

- Educa tu conciencia con la convicción de que Dios es el fundamento de todos los valores, conócelos y practícalos para darle dirección a tú vida, sólo así podrás determinar el tipo de ser humano que llegarás a ser: honesto, responsable, generoso, emprendedor, sin intereses particulares. Cuando llegue tu momento, serás la clase de político, empresario, economista, educador y profesional que tu país necesita. Si no comienzas tú con una nueva cultura, ¿quién lo hará?

- Atrévete a profundizar en la injusticia y el sufrimiento cuanto antes. Para quienes están apegados a los bienes materiales y el placer, esto carece de sentido y huyen como si fuera un mal contagioso. Pero tú no pierdas tiempo en tratar de entender porque existen estás dos cosas: búscale un sentido, un significado y lleva a cabo una misión personal para aliviar el sufrimiento del mundo. ¿Es mucho el dolor? Es cierto, pero también hay muchas manos, tuyas y mías, que están en condiciones de servir, pero siguen esperando quien las conduzca. Además, esto te llevará a una plena realización, a la felicidad, y sobre todo, al encuentro de Dios.

- Desarrollo en ti la virtud de la fortaleza. Aunque tus padres no te entiendan -o pienses que no lo hacen- haz el esfuerzo por comprenderlos... Francamente los adultos muchas veces nos olvidamos que para hablar de adolescente a adolescente hay que convertirse en un niño.

No te quejes de todo: carencias, necesidades, propósitos no cumplidos, ni te detengas ante las dificultades, aprende a valerte por ti mismo y a trabajar con empeño por alcanzar tus propias metas. Si tú eres el primer interesado ¿por qué tienes que depender siempre de los demás?

- La firmeza heroica es la que hace falta a los hombres de nuestro tiempo para triunfar en un mundo dominado por la magia digital y el deseo de poder. Necesitarás esa firmeza para ejecutar acciones congruentes con tus creencias y valores. Necesitarás la valentía para ser íntegro y puro en tú corazón, aunque muchas veces esto te hará sentirte solo, pues estarás saliendo de lo fácil, de lo cómodo, de ser uno más en la multitud que se deja llevar sin saber a dónde.

Recuerda que cada joven va en busca de un sueño. Por causa de un sueño se desatan tempestades y ciclones. Que los tuyos sean grandes, anchos e infinitos, Pero que no se queden ahí, transfórmalos, dales vida, lucha por convertirlos en realidad, derramando la generosidad que sólo un corazón joven y apasionado como el tuyo puede tener.

En palabras de Juan Pablo: Reafirmamos con el juglar, Ustedes los jóvenes “son promesa cierta de futuro”, son “el descubrimiento del horizonte inmenso que es la vida”, “tienen un congénito sentido de la verdad”. Y la verdad debe servir para la libertad, aquella que va encauzada a perseguir ser un hombre “para los demás”. La juventud tiene que crecer, construirse desde muy adentro de su ser: con esfuerzo, con perseverancia y paciencia, con esa fe de carbonero, esa fe ingenua, no contaminada por arquetipos vacíos.- La juventud requiere de nuevos paradigmas para lograr un mejor destino.

20070903

Tiempo de reflexión

EL JUICIO MORAL.

Iván Danilo Chacón Labrador

La fundamentación de que todo juicio moral, represente en sí un elemento de “deber ser”, implica que reconocemos, atendemos a la luz de principios que nos ilustran sobre lo bueno o lo malo, sobre lo correcto o lo incorrecto en cuanto a cualquier acción ha emprender. De allí que tengamos claramente definida esa diferenciación entre actitudes buenas o malas.

Esta valoración, el entender plenamente, cuando concretamos en un juicio moral, lo correcto o lo incorrecto de nuestras acciones, y nos permite caracterizar por medio de nuestros sentimientos la obligación de hacer una escogencia libre, con plena libertad de nuestra voluntad, con plena deliberación de la razón, en cuanto a lo que yo juzgo correcto, y de hacer la escogencia porque lo juzgo correcto. O, lo considero moralmente justo.

Para quienes ejercemos la docencia universitaria, con plena libertad de nuestra voluntad, con plena conciencia de nuestra responsabilidad docente, con sublime vocación de cátedra, hacemos actos moralmente justos, cuando el acto docente cumple realmente la intención de satisfacer una demanda de nuestra juventud ávida de conocimientos, y escogemos los medios adecuados para cumplir fielmente la intención.

Ejemplificando como docentes, podríamos señalar, que el reconocer que mis alumnos tienen el derecho de exigirme una instrucción moderna en mi cátedra, obro con justicia si trato de darles esa instrucción, con una actualización de lecturas relativas a mi campo y trasmito sin reservas mentales, sin egoísmos odiosos a mis discípulos en mis clases dinamizadas con la participación socializadas de mis alumnos, procurando siempre que sean protagonistas del debate académico, para que den rienda suelta a la imaginación creadora, para su experimentación como líderes de la Venezuela auténticamente heroica

Igualmente, podría proceder mal si hago lo que mis alumnos demandan, simplemente no por considerar que sea lo correcto, sino para hacerme popular, sin tomar en cuenta nuestra labor mentora para las acciones formativas de bien, de consolidación de futuros conductores, y capitanes de la nave patria hacia mejores puertos, y logrando aportes para que igualmente puedan navegar en males procelosos con paciencia, y buen tino.

Podría negarle, igualmente, a mis alumnos la información, y estaría asumiendo una postura mala, injusta, moralmente injusta, de odioso egoísmo contra natura como padre y docente integral.

Un acto es considerado bueno siempre que cumpla un fin loable, procurando el bienestar de alguien. Entendiendo que la demanda de la humanidad es la persecución de la felicidad.

Para que un acto sea moralmente justo debe promover un logro, satisfacer no solamente cualquier demanda, sino la que asegure una orientación de búsqueda de un bien en la vida.

Podemos darle a nuestros estudiantes la instrucción más moderna, pero si no logramos persuadirlos, con un buen convencimiento, que implica cercanía, bondad, tolerancia, solidaridad, buen decir y buen hacer, no estaremos cumpliendo con lo moralmente justo, que obliga al buen docente a pensar en su misión y su visión con racional y edificante acción educadora.

Procuremos como docentes universitarios, enaltecer la educación moral, esa que promueve el desarrollo de la libertad, estimular a nuestros alumnos para que sean libres, instarlos a querer serlo. No olvidemos nunca que existe una libertad que no todos queremos. A veces la desdeñamos, otras la tememos, en el decir del gran Eric From, en su “Miedo a la libertad”. Es la libertad que tiene como valor preciado la responsabilidad. A nuestros alumnos debemos motivarlos para que sean sensibles a toda posibilidad de que en cada instante de nuestras vidas hay algo que podamos hacer para darle forma al siguiente momento, y es educar para la libertad pero con responsabilidad moral, con clara noción de sus actitudes, de sus actos como humanos, de conjugar plenamente la deliberación de la razón, la voluntad de querer hacerlo, y la Libertad de poder siempre hacerlo, con la búsqueda siempre del bien entre los hombres.

TIEMPO DE REFLEXIÓN

NO HAY LUGAR PARA LA DESESPERANZA.

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR.

La historia a partir de aquel “decreto” filosófico. “Conócete a ti mismo”, a permitido un abanico de posturas de hombres y mujeres que irrumpieron en el protagonismo societario, para tratar de conocerse a sí mismo, unos para dominar; otros para medir posibilidades dentro del ambiente social, cultural, político o religioso donde estaban relacionados o sometidos; otros y quizás muchos para complacerse en sus intimas excelencias, o alimentados de un puro narcisismo, de un ego desenfrenado, para dominar y profundizar en sus malévolas manipulaciones.

Esa misma historia nos presenta a personajes, que se han dedicado con especial preocupación a un toque de tejido social, para conocer el prójimo, para aliviarles en sus angustias, para orientarlos en sus vacilaciones.

Esa desesperanza viene alimentada, baste como ejemplificación, expresiones que influyen en la conciencia, la voluntad y la conducta colectiva, tales como: “Psicosis de miedo”, “manipulación de la información”, “reinserción social”, “orientar-desorientar al consumidor”, “superar tal trauma”, “guerra psicológica” etc.

El venezolano por mandato de nuestros ancestros, nunca se amilana por la desesperanza. No podemos en modo alguno angustiarnos ante los pesimistas augurios de quienes han arriado abanderar del optimismo, los que han perdido la esperanza en los hombres y en los pueblos, o pretenden asumir olímpicas posturas entre el bien y el mal, entre el blanco y el negro, que enturbia el horizonte social.

Por una parte vivimos tiempos aciagos de confusión intelectual y por otra carecemos de una fuerza moral y, de coraje para asumir con temple cualquier reto. La inercia, el marasmo, la molicie, y la falta de perspectivas conducen a no hacer nada, a un individualismo enfermizo.

La separación radicalizada entre la política y la ética ha encontrado numerosos adeptos en el siglo XX, y, lo que va del nuevo milenio, presentándose como una de las principales razones, el escepticismo de la política ante cualquier apelación a principios éticos, ya que con frecuencia tales apelaciones son fruto de la hipocresía.

Hay que reiterar que recurrir a justificaciones morales de una política inmoral o amoral, se halla muy lejos de cualquier principio ético y la profesión farisaica de principios morales solo sirve para encubrir el abandono de la ética mínima, en el decir de la profesora Adela Cortina.

Estamos obligados por mandato histórico, a promover un pluralismo limpio, de corte eminentemente racional y posible que nos permita profundizar en la aceptación de un concurso de las mejores soluciones, que generen confianza y seguridad, garantizando la avanzada hacia el encuentro de la justicia social y la promoción del hombre en procura de su crecimiento.

El renacer de valores éticos no puede seguir siendo posturas electoreras, demagógicas, sino que tiene que ser definitivamente la edificación de una democracia pura, efectiva y eficiente, como solución posible de justicia y equidad, para no horadar la fe popular tan erosionada.

Una Venezuela hacia la tecnología y la creatividad, debe ser nuestro reto para producir nuevas tareas, oficios, ocupaciones y logros que permitan generar estímulos y expectativas renovadas y frescas. Una Venezuela en sintonía con un mundo nuevo. Evitemos la proliferación de abstracciones fundamentadas en utopías inalcanzables imposibles de consolidar en un autentico desarrollo integral.

TIEMPO DE REFLEXIÓN

INDEPENDENCIA

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR


Vision_universitaria@hotmail.com


El pasado 5 de julio, fecha histórica de la firma del Acta de nuestra independencia, arribamos al centésimo nonagésimo sexto aniversario, de tan magna fecha patria.

Es propicio, oportuno, necesario, ratificar en nuestro colectivo histórico, la condición de república libre, soberana, independiente.

Es oportuno, y de especial relevancia, recordar en el hecho histórico independentista, la significación del alto espíritu nacionalista de quienes suscribieron el Acta independentista de julio de 1811, animados del sublime, y férreo propósito de romper las cadenas que nos subyugaban al dominio extranjerizante.

Esa heredad, de preclaros hijos, de lúcidos y revolucionarios, de la antigua Capitanía General de Venezuela, fue un empeño glorioso, de gesta imperecedera, para revertirnos en patria ajena a todo vasallaje, que obliga por lo “imperecedero”, a empinarnos en nuestra enhiesto Ávila, para otear el horizonte de libertad, solidaridad, responsabilidad, templanza, fortaleza, justicia, con mucha humildad, aislando cualquier asomo de soberbia, como emoción destructiva, para gritar a voz en cuello, que elegimos continuar siendo libres, muy dueños de nuestro propio destino.

Esta condición de seres libres, implica un rechazo ardoroso, de cualquier intromisión en nuestro desenvolver cotidiano, provenga de cualquier estado, o potencia del globo terráqueo.

Consecuencialmente, es propicio proclamar nuestro insoslayable e irrenunciable derecho de decidir entre todos los venezolanos, sin parcelamientos , ni exclusiones odiosas, los derroteros y el rumbo del presente y el futuro de la patria de Bolívar, quien solo se remontó allende de nuestras fronteras, para llevar la libertad donde imperaba el despotismo.

Esa garantía, de ser garantes de la vigencia plena del principio de la libre autodeterminación de los pueblos irredentos, y de la no intervención, exigimos que se nos respete. Que se nos respete, la condición de ser libres y pensantes, como seres humanos. Entendamos que nunca, la estolidez nos ha acompañado. De haber estado la estulticia junto al venezolano, el vientre siempre fértil de la patria no hubiese parido a un Juan Germán Roscio un José Isnaldi, como signatarios ambos, del Acta del 5 de julio de 1811.

El sentir colectivo, la heredad libertaria, la libertad en nuestra manera de pensar, sentir, obrar, hace imperativo, el repudio, y el rechazo a la persistente y obstinada actitud de quienes más allá de nuestros mares, están entrometiéndose en el acontecer nacional.

Es de rogatoria nacionalista, para que el Supremo hacedor, permita el entendimiento de los hijos más buenos, nobles, justos, equitativos, solidarios, luchadores, de la patria unívoca, e indivisa, en procura de hacer honor al mandato de nuestros héroes, como fuente y bebedero de una genuina Constitucionalidad de Patria Grande y Soberana.

20070902

TIEMPO DE REFLEXIÓN

UN MENSAJE ALENTADOR.

Iván Danilo Chacón Labrador.

Se ha dicho que el hombre occidental es rico en medios pero pobre en fines. La cultura contemporánea, con su antropología frecuentemente cerrada a lo trascendente, corre el riesgo de mutilar al hombre o de asfixiarlo en su pretendida autonomía. Pero el hombre de nuestro tiempo, como en todas las épocas, seguirá preguntándose por el bien, porque la vida exige imperiosamente un sentido. Esa interrogante del hombre, nos permite reafirmar, que el fin de la ética, ha sido, es, y nunca dejará de ser la búsqueda del bien societario. El hombre occidental, que es prodigado por la Providencia, con infinita largueza, está urgido de una visión más humana, para apreciar las nuevas realidades que se nos presentan en el día día, en la cotidianidad, para lograr nuevos paradigmas, que grafiquen un futuro hacia la búsqueda de lo trascendente, hacia la infinitud del ser, hacia el fin último que es Dios.

En un mundo que golpea tanto, en el que nos encontramos rodeados de tantas felonías, de tantas ambiciones, de tanta soberbia. En un mundo donde salir lastimado es cosa ordinaria, no sólo es necesario sino urgente el estar lleno de fortaleza. Fortaleza virtuosa, de valor inconmensurable, que de igual manera sea recibida, asimilada, con infinita largueza. No de fuerza bruta, avasalladora, generadora de violencia, de destrucción, de división y fractura, de odiosas exclusiones, de aparteid. Tampoco fortaleza entendida como dureza de corazón, como insensibilidad, como indiferencia, como deshumanizada postura embriagada de egoísmos.

La fortaleza que hoy necesitamos es aquella que nos permite permanecer de pie en medio de las tormentas, en medio de las pruebas, en medio de mares procelosos, en medio de las dificultades, en medio de las tentaciones. La que nos permite poder seguir pensando con claridad y actuar con acierto, aún cuando las cosas se pone difícil. Y esta solamente Dios la da, porque solamente Dios la tiene.

En un mundo de guerras, de envidias, de avaricia, de feroz competencia. En un mundo de tanto vacío existencial, de tanta superficialidad, de tanta vanidad, es fácil llenarse de ansiedad y de angustia, es fácil sentirse solo y abatido, es fácil perder la calma: es fácil no tener paz. Pero la paz, a diferencia de lo que muchos creen no significa solamente ausencia de guerra. La paz es una experiencia interior que me hace vivir en armonía, en sintonía, en comunión conmigo mismo, con Dios, con los demás y con la naturaleza. La paz, ante todo, es un don, y es un don divino; solamente Dios lo tiene, solamente Dios lo da.

Con la entusiasta participación de más de medio millón de jóvenes que acudieron de todos los puntos geográficos de la península italiana a la ciudad de Loreto, el Papa Benedicto XVI presidió la semana pasada la Santa Misa en la que alentó a los presentes a no tener miedo de "ir contracorriente" y optar por el amor y la humildad auténticas en medio de un mundo signado por el egoísmo y la arrogancia y que privilegia la apariencia y el tener. Al recordar al inicio de su homilía que "Dios, para realizar su Alianza, buscó un corazón joven, y lo encontró en María, 'mujer joven'", el Santo Padre aseguró que aún hoy en día "Dios busca corazones jóvenes, busca jóvenes de corazón grande, capaces de hacerle espacio en su vida para ser protagonistas de la Nueva Alianza". Asimismo hizo notar que "para acoger una fascinante propuesta como la que nos hace Jesús, para realizar una Alianza con Él, es necesario ser jóvenes interiormente, con la capacidad de dejarse interpelar por su novedad, para realizar con Él caminos nuevos". "Jesús –continuó tiene una predilección por los jóvenes; respeta la libertad, pero no se cansa jamás de proponerles metas cada vez más altas para la vida: la novedad del Evangelio y la belleza de una conducta santa". Más adelante afirmó que la Iglesia sigue el ejemplo de Cristo, y que es por ello que ella sigue a los jóvenes "con inmenso afecto y está cerca de ustedes en los momentos de alegría y de diversión, de prueba y de sufrimiento; los sostiene con los dones de la gracia sacramental y los acompaña en el discernimiento de vuestra vocación". "Queridos jóvenes, déjense involucrar en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y estaréis en capacidad de ser apóstoles de su paz en vuestras familias, entre vuestros amigos, en vuestras comunidades eclesiales y en los varios ambientes en los cuales vivís y operáis". El Santo Padre continuó su homilía explicando el significado de la palabra "joven" en su sentido evangélico, y refiriéndose a la Virgen María dijo: "Dios ha mirado la humildad de su sierva. La humildad de María es aquello que Dios aprecia más que cualquier otra cosa en ella". Reflexionando sobre el modo de pensar del mundo actual, agregó que "el humilde es percibido como renuncia, como un derrotado, uno que no tiene nada que decir al mundo. Pero en cambio es el camino maestro, y no solo porque la humildad es una gran virtud humana, sino porque, en primer lugar, representa el modo de actuar del mismo Dios". "No sigan el camino del orgullo, sino el de la humildad. Id contracorriente: no escuchéis las voces interesadas que hoy publicitan modelos de vida marcados por la arrogancia y la violencia, por la prepotencia y el éxito a todo costo, por la apariencia y el tener, sacrificando el ser", dijo el Papa. "¡Sed vigilantes ¡¡Sed críticos! No tengáis miedo, queridos amigos de preferir los caminos 'alternativos' indicados por el amor verdadero: un estilo de vida sobrio y solidario; relaciones afectivas sinceras y puras; un compromiso honesto en el estudio y el trabajo; el interés profundo por el bien común. No tengáis miedo de parecer diversos y de ser criticados por aquello que puede parecer propio de un perdedor o fuera de moda: vuestros coetáneos, pero también los adultos, tienen una profunda necesidad de ver a alguien que ose vivir según la plenitud humana manifestada por Cristo Jesús". El Papa así se refirió al camino de la humildad como un camino "del valor", el "resultado de una victoria del amor sobre el egoísmo, de la gracia sobre el pecado". Prosiguiendo su homilía, el Santo Padre invitó a todos los presentes a ver en los santos modelos de humildad y destacó su profunda pertenencia a la Iglesia, afirmando que "no se puede amar a Jesús sino se ama y no se sigue a su Iglesia". Concluyendo, Benedicto XVI renovó su invitación a los jóvenes participar en la Jornada Mundial de la Juventud a realizarse el próximo año en Sydney, Australia, y alentó a "preparse para esta manifestación de fe juvenil, mediante el Mensaje que profundiza el tema del Espíritu Santo, para juntos vivir una nueva primavera del Espíritu".

Con este ecuménico mensaje del Santo Padre, la esperanza venezolana, es igualmente visualizada en el querer, y sentir de nuestra juventud, que definitivamente, en el decir del juglar, es “PROMESA CIERTA DE FUTURO”.

20070627

Fotos correspondientes al Programa grabado con el Dr. Carlos Moros Puentes el miércoles 20 de junio del presente año




20070616

CONTRASTES

Iván Danilo Chacón L

Estamos viviendo una situación de contrastes tan llamativos de cultura de la vida y, de cultura de la muerte, de abundancia, manirrotismo, y de miseria, y negación, de libertad y de miedo, de sometimiento, que urge apelar a la fraternidad como tabla de salvación en estos mares procelosos. Todavía se cree en la fraternidad como el rayo de esperanza en una sociedad que busca solución a sus anhelos, a sus angustias, y, vemos a la fraternidad como la única vía, que hoy tiene fuerza de convocatoria.

Resulta imposible crecer espiritualmente en un individualismo cerrado. Mucho más en un relativismo, y permisividad que quema por igual el trigo y la cizaña. La vida existencial exige vivirla en comunidad, crecer con los demás, apoyarse unos a otros y brindar mi apoyo a los que están junto a mí. Es una vida compartida, solidaria, comunicada y comunitaria.

Amigas y amigos, pensemos que vivimos un mundo que padece de vértigo, un mundo donde proliferan tantas necedades e insensateces, de tantas acciones irreflexivas, de tantas influencias sin fundamento, no sólo es necesaria sino urgente la posesión de una sabiduría auténtica, profunda y eficaz. No de una pseudo-sabiduría que sólo confunde más, de una sabiduría solamente humana, sino de la Sabiduría que viene de Dios. Aquella que orienta, que ilumina, que dirige por el buen camino la existencia. Aquella que nos asiste en los momentos de confusión y de duda, en los momentos en los que nuestra mente puede llegar a entorpecerse por los embates de la vida. La Sabiduría, que se nutre de templanza para soportar adversidades, derrotas, maledicencia, odios, pequeñeces, lo subalterno, la medianía, la mediocridad, que pulula en la cotidianidad citadina.

En un mundo que golpea tanto, en el que nos encontramos rodeados de tantas felonías, de tantas ambiciones, de tanta soberbia. En un mundo donde salir lastimado es cosa ordinaria, no sólo es necesario sino urgente el estar lleno de fortaleza. No de fuerza bruta, avasalladora, generadora de violencia, de destrucción, de división y fractura. Tampoco fortaleza entendida como dureza de corazón, como insensibilidad, como indiferencia.

La fortaleza que hoy necesitamos es aquella que nos permite permanecer de pie en medio de las tormentas, en medio de las pruebas, en medio de las dificultades, en medio de las tentaciones. La que nos permite poder seguir pensando con claridad y actuar con acierto, aún cuando las cosas se torne difícil. Y esta fortaleza solamente Dios la da, porque solamente Dios la tiene, como invocación de las virtudes morales que coreamos en las clases universitarias, con la fuerza espiritual de una juventud no contaminada.

En un mundo de guerras, de envidias, de avaricia, de feroz competencia. En un mundo de tanto vacío existencial, de tanta superficialidad, de tanta vanidad, es fácil llenarse de ansiedad y de angustia, es fácil sentirse solo y abatido, es fácil perder la calma: es fácil no tener paz. Pero la paz, a diferencia de lo que muchos creen no significa solamente ausencia de guerra. La paz es una experiencia interior que me hace vivir en armonía, en sintonía, en comunión conmigo mismo, con Dios, con los demás y con la naturaleza. La paz, ante todo, es un don, y es un don divino; y, la paz solamente Dios lo tiene, solamente Dios lo da, con infinita largueza.

El objetivo de todos los hombres debe ser la paz. La paz sólo se puede conseguir si hay justicia. Una guerra de agresión será siempre injusta, pero cuando uno es atacado injustamente, puede legítimamente defenderse. Sería, entonces, una guerra justa. Sólo existirá una guerra justa cuando lo sea su causa y se hayan agotado todos los demás medios de solucionar pacíficamente el conflicto.

El fin no justifica los, medios. Este principio es de moral natural. Seguirlo facilitará grandemente la convivencia entre los hombres.

Que las dificultades que te toca vivir no sean obstáculo a tu amor y generosidad, sino un fuerte desafío. No te canses de servir, no calles la verdad, supera tus temores, sé consciente de tus propios límites personales. Tienes que ser fuerte y valiente, lúcido y perseverante en este largo camino. No hay edades para la lucha, recordemos al gran Arturo Uslar Pietri, en su decir profundo: “No se es viejo, ni se es joven, se vive…”No te dejes seducir por la violencia y las mil razones que aparentan justificarla. Se equivoca el que dice que pasando por ella se logrará la justicia y la paz.

BOLÍVAR Y WASHINGTON. ( I )

IVÁN DANILO CHACÓN LABRADOR.

A manera de corolario, se demuestra en la historia que los héroes, siempre tienen sus detractores, o filibusteros, al tiempo de admiradores, y cantores o loadores.

Con demasiada frecuencia, en estos tiempos calamitosos, de vientos huracanados, de crisis, generadores de debates, diatribas, y choques de ideas, pero proclives igual para la reflexión, se presenta en el debate una frase que aparentemente luce correcta, pero que en particular yo no entiendo bien: «En política, cualquier idea es respetable siempre que no se quiera imponerla por la violencia».

No creo que, que en la libre discusión de ideas y pensamientos, todas las ideas sean, en principio, respetables, porque muchas de ellas, decretan, proclaman, se convierten inexorablemente en violencia. Las violencias mortales, destructoras, degradantes, antes de transformarse en «acto» han sido, muchas veces, ideas terribles, desmanes en «potencia». Y esas ideas, aunque broten libremente de la libertad de la voluntad, en la deliberación de la razón humana, o formula distintiva humana que hace que nuestro cerebro piense, serán inevitables, per se, pero ya en su origen han dejado de ,ser respetables.

Vale la pregunta, de cómo se calificarían los actos violentos nacidos de los ciegos fanatismos religiosos o políticos, o de la arrebatada pasión, la deformación intelectual o la pérdida, aunque sea pasajera, del buen juicio. Creo que ahí no estarán las ideas; solo oscuros impulsos biológicos que nublan la mente, subiendo del pozo insondable del hombre, al que ya se refería San Agustín cuando hablaba de la bestia que yace «allá abajo» de nuestro ser.

La libertad, su ejercicio no implica de ninguna manera el uso irracional, vale decir, el derecho alocado de decir o hacer cualquier cosa. Sabemos que los hechos históricos, tienen la etiqueta con demasiada frecuencia de condiciones de orden económico y social, político y cultural, urgidas para un equilibrado, y justo ejercicio de la libertad. Las lamentables situaciones de ceguera y de pasiones bajas, gravan la vida moral, ubicando a fuertes y débiles en victimas de tentaciones borrachas de injusticia.

Pero no es a este asunto al que me quiero referir en este ligero esbozo, ni tampoco al viejo hecho de que la escritura de la historia ha estado siempre más o menos sometida a ser embutida como una salchicha política, sino a que la salchichería de la historia aleja con su mismo adjetivo la idea de que lo que vende sean salchichas, y afirma que garantiza el único producto serio y digno, con lo que los historiadores de siempre no pueden competir lógicamente, porque su producto queda devaluado de antemano.

La liberación de nuestros pueblos, tienen un claro icono identificatorio, que se deriva de sus protagonistas, y compañeros de gesta.

Bolívar y Washington, dos hombres, que sin lugar a dudas, representan lo más notable del tiempo libertario, en una visión de guerra y política de buen estilo.

Bolívar, tiene un renombre afincado en el ruido de las armas, y, como faro irradiante de ideas y luces, cuyos destellos permiten ver la caída, y huída de espectros de tiranía.

Washington, no está vinculado a gestas guerreras, sino una obra que lo distingue como autor feliz y de buen juicio. Como filósofo antes que como general.

Tienen estos dos héroes una clara identidad de fines, vinculados a la libertad, a la liberación de nuestros pueblos, y la lucha incansable por establecer en ellos el sistema democrático.

Bolívar y Washington, se nos grafican para la posteridad en mapas mentales de extraordinarios ciudadanos, ciudadanos de bien, de justicia, de solidaridad, de templanza, de fortaleza, de buen hacer y buen decir.

Se presentan en sus escenarios, uno con holgura para ver coronar su obra independentista, y el otro con multiplicidad de adversidades, dificultades a granel, que tuvo que vencer en su tránsito guerrero. Muchas épocas de la hazaña libertaria de Bolívar, no contó con recursos, ni donde buscarlos, sólo estaba impregnado de su ferviente patriotismo. Su fe, su creatividad, su imaginación, su inspiración y su sabiduría para hacer posible, lo imposible.

Los americanos de Washington, eran aun antes de la emancipación británica, ricos, pudientes, cultivados en el saber, que hacían posible otros Washington, para llenar un supuesto caso de ausencia. Tenía a su lado preclaros ciudadanos, Franklin, Jefferson o Madisson, de sabia y profunda asesoría. Pero igualmente obediencia, disciplina, contribuyendo cada uno con su fuerza, en la sumatoria de esfuerzos

Nuestro Bolívar, junto a su genio inconmensurable, su estrategia militar, su fuerza espiritual, necesitó de mucha paciencia para soportar la paciencia, para persuadir sus huestes patriotas, conjurados en reiteradas manifestaciones en su contra, y lo peor contra la independencia. Combatir, a las fuerzas realistas, vencer, y ser vencido. Y vencer, y sufrir por causa de la perfidia de sus oficiales.

Estos dos colosos de la libertad, aun con sus rasgos personalísimos, fundaron repúblicas. Washington, la mayor nación del globo terráqueo, con sus sucesores, estudiosos, políticos- en el buen sentido del término-, filósofos, científicos, técnicos, inventores, nunca se conjuraron para destruir la madre patria. Nuestro Bolívar, padeció el ver disminuida su grande obra, su unidad, su fortaleza inicial, si no destruida en su totalidad, opacada en su radiante luz libertaria. Recordemos las acciones de conjura de su oficialidad, de sus subalternos, y “compañeros” de gesta heroica, para destruir la Gran Colombia, y, cual festín de Baltasar, tomar para sí la mejor presa.

20070522

Tiempo de Reflexión.

Tcnel ® JUAN MERCHÁN LÓPEZ

Iván Danilo Chacón L

Vision_universitaria@hotmail.com

Tomemos, del bardo exquisito, del inmortal escritor bonaerense Jorge Luís Borges, una manera metafísica existencial, para entender la muerte.

“La muerte es vida vivida

La vida es muerte que viene,

La vida no es otra cosa

Que muerte que anda luciendo”.

En tiempos de incertidumbre, de vientos huracanados, de angustia, de inicio de un nuevo milenio, se nos presenta la voluntad de Dios, y, viaja a la eternidad, un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra, en el decir del poeta Machado. Nos deja, el viejo mentor, Juan Merchán López. Que en el decir profundo, del gran Arturo Uslar Pietri, “No se es viejo, ni se es joven, se vive….”.

Vivió una vida ejemplar, fecunda, silenciosa, pero con una recia y carismática presencia terrenal, que desbordante de mágicos e inusuales consensos, procuro siempre alimentar, nutrir, exaltar, y, regar mitos, leyendas e historia viva, en una constante promoción de la amistad, y de encuentros inverosímiles de hermanos distantes por el tráfago siempre presente de odios y malquerencias inexplicables a la luz de los cambios societarios, políticos, y de un poder excluyente.

Juan Merchán López, fue un tachirense de excepción, un académico de la excelencia, Cultísimo, pero campechano, en el buen talante taribero.

Fue absolutamente estudioso, y, enamorado de los libros, para alimentar su alquimia. Director magnifico con el grado de Teniente Coronel de la Academia Militar de Venezuela.

Fundador del primer y, único “Instituto Universitario de Relaciones Públicas”, con sede en la Caracas de sus mil sueños, y de su utopía en procura de una Patria indivisa. Presidente de la Asociación Interamericana de Relaciones Públicas, y de la Asociación de Relacionistas de Venezuela., y, del Colegio de Relacionistas de Venezuela. Fue Escritor, conferencista, orador, educador, relacionista, militar “pundonoroso”., y, auténticamente amigo.

Fue un caminante permanente, para como esponja absorber y aportar lealtad, carisma, pero igualmente silencio estoico para evadir la maledicencia, y la intriga cortesana.

Compartió vida, junto a su amada Doña Ceci, quien cual néctar dulcificó sus vivencias, y vivifico su espíritu, como arcángel tutelar.

Fue un hombre sencillo, sin artificios, autentico.

En su Táriba gentil, “cuna de mi cariño”, se confundió con la tierra de sus correrías de azules ilusiones del ambiente salesiano de sus primeras letras, sueños, imaginaciones y creatividad para el hacer. Y junto al juglar, en el ambiente bucólico y poético de sus ancestros, despedimos al maestro, con el verso de Borges, de espiritualidad imperecedera:

“Yo que soy el que ahora está cantando

Seré mañana el misterioso, el muerto,

El morador de un mágico y desierto,

Orbe sin antes ni después ni cuando.

Indigno del infierno o de la gloria,

Pero nada predigo. Nuestra historia

Cambia como las formas de Proteo.

¿Qué errante laberinto, qué blancura

Ciega de resplandor será mi suerte,

Cuando me entregue el fin de esta aventura

La curiosa experiencia de la muerte?

Quiero beber su cristalino olvido,

Ser para siempre: pero no haber sido”.